Los astrónomos llevan varias décadas siguiendo a los asteroides capaces de causarnos algún daño en el futuro
Durante
la semana pasada dos asteroides, uno pequeño y otro grande, se
aproximaron a la Tierra lo suficiente como para que sus «visitas» fueran
recogidas por los medios de comunicación de todo el mundo. El menor de
los dos, del tamaño de un autobús, cruzó el cielo a menos distancia de
la que nos separa de la Luna. Y probablemente habría sido incapaz de
causar daños ni siquiera en caso de colisión, ya que se habría
desintegrado en la atmósfera terrestre. El segundo, llamado Eros y de 34 kms de longitud,
pasó a 26,7 millones de kms de nosotros. A esa distancia, tampoco causó
daño alguno, pero la cosa habría sido muy diferente si su ruta se
hubiera desviado levemente y le hubiera llevado a chocar contra nuestro
planeta. En ese caso, Eros habría sido capaz de exterminar de un solo
golpe a todas, o a casi todas, las formas de vida conocidas.
La
comunidad internacional de astrónomos, cada vez más consciente del
peligro, lleva ya varias décadas intentando localizar y seguir a los
asteroides capaces de causarnos algún daño en el futuro. Se les llama
NEOs (Near Earth Objects, Objetos Cercanos a la Tierra) y su número, a
medida que se van dedicando más esfuerzos para localizarlos, va en
continuo aumento. Ahí van algunos datos. La red internacional de
observatorios que hoy se dedica a rastrear asteroides y cometas ha
encontrado ya 900 que, durante este mismo siglo, pasarán relativamente cerca de la Tierra.
Se trata de objetos, en todos los casos, de más de 1 km de diámetro, y
la lista crece a razón de 80 nuevos miembros cada año. Entre ellos, 152
se consideran como «potencialmente peligrosos», ya que sus órbitas les
llevarán a violar en algún momento la «distancia de seguridad» decretada
por los astrónomos alrededor de nuestro planeta: 7,5 millones de km.
Pero esos son solo los más grandes. Además, hay otros 8.542 NEOs con
tamaños que van desde 150 a 1.000 metros de diámetro. 1.130 de estos
objetos «medianos» también están en la lista negra de los científicos y
se consideran potencialmente peligrosos para nosotros, aunque sus efectos en caso de colisión no tendrían consecuencias globales, sino regionales (países o continentes).
Bajando
en la escala de tamaños, también se han localizado otros 15.000
asteroides zumbando a nuestro alrededor con longitudes comprendidas
entre los 50 y los 150 metros. El comportamiento de estos cuerpos, más
pequeños que los anteriores, resulta más difícil de predecir, ya que
cualquier choque (con otro asteroide) o incluso la acción del viento
solar puede hacerles cambiar de dirección y hacer que, en un momento
dado, pongan rumbo a la Tierra.
Por
último, la lista de «vecinos» conocidos se completa con otros 300.000
NEOs pequeños, es decir, menores de 50 metros. Muchos de ellos se
vaporizarían al cruzar la atmósfera, y los que llegaran al suelo solo
podrían provocar daños muy localizados. De hecho, se cree que cada año
colisionan con la Tierra unos mil meteoritos de esta clase (más otros 100.000 de pocos kg. de peso, que arden en la atmósfera y caen en forma de polvo).
Se estima que, debido a la aportación de material extraterrestre, la
masa de la Tierra aumenta entre tres y treinta millones de toneladas
cada año. O lo que es lo mismo, entre ocho y 82 toneladas cada día. Y
eso sin que ni siquiera nos demos cuenta de ello.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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