La verdad es que el boquete es realmente espectacular, con unas medidas de 131 metros de alto por 57 de ancho y más de 60 metros de profundidad, el agujero es visible desde muchísimos kilómetros de distancia.
Hasta hace apenas una década, este rincón del mundo no estaba abierto a las visitas extranjeras, pero desde el 2001 se puede visitar sin ningún tipo de problema. Los chinos, que son mucho de construir escaleras y cuando más empinadas mejor, pues han hecho su trabajo y ahí están esos interminables escalones para quien tenga ganas y fuerzas de subirlos.
Hace unos años se construyó una serpenteante carretera que llega prácticamente hasta la base de las escaleras, aunque durante el invierno queda cerrada al tráfico. Pero si tenéis pensado visitar el lugar durante los meses de frío, no os preocupéis, que también hay teleférico de más de siete kilómetros que funciona durante todo el año.
Se puede imaginar que antes de construir la carretera y el teleférico, llegar hasta la base del agujero tendría que ser toda una odisea. Por aquí se suele decir, cuando alguien se esfuerza mucho y es bonachón, que se ha ganado las puertas del cielo. Quizás el nombre del lugar, cuando había que deslomarse para llegar, tuviese en su día también ese doble sentido.
Sea como fuere, pese a que es muy bonito y espectacular, que nadie piense que al otro lado se va a encontrar a San José para darle la bienvenida, ni tampoco el paraíso o alguna de las interpretaciones que le podamos dar a éste.
Sino que al final resulta que al otro lado no hay nada y encima hay que volver.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com.es/
Fuente: Tejiendo el mundo
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