El instrumento cuántico es capaz de medir las temperaturas más frías del Universo, de apenas una milmillonésima de grado por encima del cero absoluto
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Un grupo de investigadores de la Universidad británica de Nottingham ha desarrollado un termómetro cuántico capaz de medir las temperaturas más frías del Universo,
de apenas una milmillonésima de grado por encima del cero absoluto. El
hallazgo, que permitirá obtener nuevos datos hasta ahora inaccesibles
del interior de agujeros negros, acaba de publicarse en arXiv.org.
La materia más fría que se conoce es el Condensado Bose-Einstein
(CBE), una agrupación de millones de átomos que se comportan como un
único objeto cuántico cuando son capturados en una trampa magnética.
Varios experimentos de laboratorio han conseguido formar CBE a
temperaturas de apenas media milmillonésima de grado por encima del cero
absoluto, es la temperatura más baja posible del Universo (-273 grados) y a la que cesa la actividad atómica.
"Es la cosa más fría que somos capaces de producir en un
laboratorio -afirma Ivette Fuentes, uno de los autores del estudio-, el
objeto más cercano al cero absoluto". De hecho, incluso el espacio
interestelar (a cerca de -270 grados) está más caliente.
Por supuesto, para medir la temperatura a escalas
subatómicas, el clásico termómetro de mercurio resulta completamente
inútil. Pero en su lugar, los científicos sí que pueden contar el número
de partículas de alta energía que existen en las zonas de energía más
bajas y frías. Cuantas más partículas energéticas haya, mayor será
también la temperatura. Lo malo es que llevar a cabo esa medición es
algo prácticamente imposible. De hecho, para hacerlo hasta ahora era
necesario liberar al Consensado de Bose-Einstein de su trampa magnética,
momento en el cual pierde sus propiedades y sufre la agresión del medio
exterior, haciendo imposible medir su auténtica temperatura.
Sin abrir su jaula
Ahora, sin embargo, Fuentes y sus colegas han encontrado la
forma de medir la temperatura de un Condensado de Bose-Einstein sin
necesidad de "abrir" su jaula magnética. La idea se basa en capaturar
unos pocos átomos en el interior del Condensado y moverlos a través de
él como una especie de sonda. Algo que el equipo ha conseguido hacer por
medio de un láser. Cada uno de esos átomos modifican su estado de
energía a medida que se mueven en el interior del Condensado. La
diferencia entre sus diversos estados (que cambian al encontrarse en
zonas más calientes o frías) puede utilizarse para medir la temperatura
interior, sin necesidad de liberar el Condensado de su trampa magnética.
Este "termómetro cuántico" tiene varias posibles
aplicaciones. Una de ellas es la de "bucear" al interior mismo de un
agujero negro de una forma que hasta ahora resultaba imposible. Por
supuesto, lo que sí que es imposible es llevar el instrumento hasta un
agujero negro real, por lo que habrá que conformarse con replicar sus
condiciones en la seguridad de los laboratorios.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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