Un estudio mide por primera vez las tasas de crecimiento de los mamíferos desde que se extinguieron los dinosaurios
Alistair Evans/ PNAS
Dirigidos por el investigador Alistair Evans, biólogo evolutivo de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Monash en Australia, un equipo de 20 biólogos y paleontólogos examinó al menos 28 diferentes grupos de mamíferos, incluidos elefantes, primates y ballenas de
diferentes continentes y cuencas oceánicas en los últimos 70 millones
de años. El cambio de tamaño fue medido por generaciones en lugar de
años para permitir una comparación significativa entre las especies con
ciclos de vida diferentes.
De esta forma, los científicos descubrieron que las tasas de disminución de tamaño son mucho más rápidas que las tasas de crecimiento.
Mientras que hacen falta 24 millones de generaciones para crecer al
máximo tamaño, solo se necesitan 100.000 para que ocurra todo lo
contrario.
Evans
cree que su estudio es único porque la mayoría de los trabajos
anteriores se han centrado en la microevolución, los pequeños cambios
que ocurren dentro de una especie. «En cambio, nosotros nos concentramos
en los cambios corporales a gran escala. Ahora podemos demostrar que ha
llevado por lo menos 24 millones de generaciones hacer que el
proverbial cambio de ratón a elefante. Un gran cambio, pero también un
tiempo muy largo». Un cambio menos drástico, como el del tamaño de un conejo al de un elefante, lleva 10 millones de generaciones.
La ballena, más rápida
Los
cambios en el tamaño de la ballena se produjeron a una tasa que dobla
la de los mamíferos terrestres. «Esto es probablemente porque es más
fácil ser grande en el agua, ya que ayuda a soportar el peso», dice
Erich Fitzgerald, paleontólogo en el Museo Victoria.
Evans
explica que se sorprendió al encontrar que la disminución en el tamaño
del cuerpo ocurrió más de diez veces más rápido que el crecimiento.
Muchos animales en miniatura, como el mamut pigmeo, el hipopótamo enano y los homínidos «hobbit»
(El hombre de Flores) vivieron en las islas, lo que ayuda a explicar la
reducción de tamaño hasta el enanismo. «Cuando un ser es más pequeño,
necesita menos alimento y se reproduce más rápido, lo que son ventajas
reales en las islas pequeñas», apunta Evans.
Fuente: ABC
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