La roca espacial Eros, de 34 kilómetros de longitud, realizará su máxima aproximación a nuestro planeta desde 1975 y será fácilmente visible en el cielo nocturno
NASA
El 433 Eros
es un asteroide con forma de salchicha o tubérculo de tipo S, lo que
significa que está compuesto por silicatos de magnesio y hierro, los más
comunes en el cinturón interior de asteroides. Fue descubierto el 13 de
agosto de 1898 por los astrónomos Carl Gustav Witt en Berlín y Auguste
Charlois en Niza. En febrero del año 2001 la nave espacial NEAR Shoemaker de
la NASA consiguió aterrizar sobre su superficie. La sonda obtuvo más de
160.000 imágenes e identificó más de 100.000 cráteres. De esta forma,
los investigadores descubrieron que Eros es un objeto sólido y no un
conjunto de escombros unidos por la gravedad. Su estudio es importante
para que los científicos pueden decidir cuál es la mejor manera de evitar un impacto potencial en el futuro.
Catástrofe inconmensurable
Eros puede
impresionar por su tamaño; si cayera a plomo sobre Madrid, cosa que
obviamente no sucederá, uno de sus extremos podría llegar, por ejemplo,
hasta San Agustín de Guadalix. La catástrofe sería inconmensurable. Los
expertos estiman que el impacto de un asteroide de unos 140 metros puede
causar una gran destrucción, y uno más grande provocaría una devastación a escala global.
Pero
a 26,7 millones de distancia, Eros todavía es «algo bonito» que
observar sin riesgo alguno de colisión. La revista especializada Sky & Telescope ofrece un diagrama para aquellos interesados en mirar al cielo y buscar a nuestro nuevo y enorme visitante.
Fuente: ABC
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