¿Fue
verdad que en 1972 unos monjes científicos del propio Vaticano lograron
desarrollar una máquina capaz de fotografiar eventos del pasado?, ¿y es
verdad, que lograron fotografías de personajes como Mussolini, Hitler,
Napoleón o el propio Jesús? ¿Qué se escondió detrás del llamado
Cronovisor y cuál fue su destino final?
En
mayo de 1972 el diario italiano Domenica del Corriere atrajo la
atención del público al difundir la noticia de un nuevo invento que
prometía remover los cimientos de la propia historia universal y con
ello, el futuro del mundo. La noticia tituló: “Inventan la máquina que
fotografía el pasado”, y en ella se relató la historia de 12 físicos del
Vaticano, liderados por un padre benedictino de nombre Alfredo
Pellegrino Ernetti, que habrían sido capaces de crear un artilugio que
les permitía fotografiar momentos determinados del pasado de nuestra
historia, tales como la llegada de Colón al llegar el nuevo mundo o
incluso, el propio rostro de Jesucristo antes de morir en la cruz.
Tras
darse a conocer la noticia, el interés y el escándalo no se hicieron
esperar, de inmediato los medios desearon conocer más sobre el tema,
sobre todo, aquellas pruebas que certificarían que el citado aparato en
verdad funcionaba. Y lo lograron.
Fue
el mismo padre Ernetti, quien se encargó de asegurar a la prensa la
efectividad del invento. Él aseveró que obtuvo a través de diversos
experimentos imágenes increíbles como son el último momento de Napoleón
en Waterloo o la instantánea de las tablas de los Diez Mandamientos. Sin
embargo, de todas estas capturas sólo una vio la luz pública, aquella
en donde se demostraba el verdadero rostro de Cristo minutos antes de
morir en la cruz.
La fotografía de Jesús
Al
ser publicada la imagen (que según se dice fue filtrada a la prensa por
el propio Ernetti), los científicos, religiosos y entendidos en la
materia, se dividieron, algunos creyeron en ella debido principalmente
al prestigio que tenía Ernetti como científico y sacerdote además de ser
un equipo que trabajaba para el propio Vaticano. En tanto que otros
sospecharon de un hecho que a todas luces era simplemente imposible de
hacer.
Sin
embargo, nadie les dio tanta razón a estos último, sino tiempo después
cuando una nueva fotografía puso en evidencia que la ya aclamada imagen
de Cristo, no era más que una fotografía tomada de una escultura real de
un Jesucristo mostrado en el Santuario del Amor Misericordioso de
Collevalenza, en Perugia. No obstante y cuando todos pensaban que el
tema no fue más que una mala anécdota tanto para la ciencia como para el
Vaticano, Ernetti nunca se retractó.
Entrevistas a Ernetti: “El cronovisor sí exite”
Y
es que si algo sorprendió de este padre benedictino fue la defensa y la
seriedad con que trató el tema de su máquina hasta el final de sus
días. Incluso llegó a decir que el Vaticano secuestró su invento y que
le prohibió referirse nuevamente al tema, promesa que le habría hecho
incluso al propio Papa Pío XII la misma que además cumplió hasta el
último día de vida.
¿Pero
por qué el Vaticano quisiera o vería tan importante un invento como
éste? ¿Cuál era el peligro de este invento, si acaso llegó a existir? En
una entrevista dada en mayo de 1972 y publicada por el diario el
Heraldo de Aragón, de España, justamente en la fecha en que el invento
logró notoriedad el padre Ernetti dio estos comentarios:
Pregunta
el periodista (P): ¿Padre Ernetti es cierto que ustedes han inventado
la máquina que fotografía el pasado y han fotografiado imágenes de
cuando Pío XII, Mussolini y el mismo Cristo estaban vivos?
Padre Ernetti (E): Sí es cierto, y hemos fotografiado otros muchos personajes históricos.
P: ¿Y cómo no se hace público este descubrimiento sensacional?
E:
Porque ahora es un secreto particular del equipo de científicos que
desde hace años está trabajando en este asunto. Hasta que no haya sido
patentado ante el Estado no podemos hablar sobre cuál es la estructura
del invento.
P: ¿Por qué?
E:
Porque la cosa es tan importante que podría afectar a secretos de
Estado, puede ser considerada secreto de Estado. Creo que en Italia no
será aprobado: Tal vez haya que presentarlo en el extranjero, en Rusia,
Estados Unidos o probablemente en Japón.
P: ¿Y por qué en Italia no?
E:
Esta máquina puede provocar una tragedia universal. Quita la libertad
de palabra, de acción y de pensamiento. Se podrá saber por medio de la
máquina lo que el vecino y el adversario piensa y las consecuencias
serían dos: o la autodestrucción de la humanidad, o una cosa más
difícil: el nacimiento de una nueva moral. Por eso estos aparatos no
pueden quedar en manos de todo el mundo sino bajo el control de la
autoridad.
Así
mismo, tiempo después, 21 años más tarde, en 1993 cuando ya el “fraude”
estaba develado, el periodista Javier Sierra le hizo una reveladora
entrevista.
Pese
a la reticencia del padre para no hablar más del tema debido a la
promesa a guardar silencio que había hecho, ratificó las declaraciones
dadas en la década de los setenta.
Padre
Ernetti (E): Pero todo ha terminado. Yo ya hablé. El papa Pío XII nos
prohibió que divulgáramos cualquier detalle sobre esta investigación,
porque la máquina del pasado es muy peligrosa. Puede cortar la
conciencia de libertad del hombre, ya que con este aparato se podrá
conocer qué has estado haciendo esta mañana, dónde, cuándo, cómo...
Javier Sierra (JS): ¿Sigue usted manteniendo, a pesar de los años, que todavía posee el texto original de las Tablas de la Ley?
(E): Sí, lo tenemos. Pero no podemos desvelar nada. Lo siento.
(JS): ¿Y cuándo cree que podrá hablar, padre?
(E): No lo sé. Ya sabe que hay muchas cosas que reciben el nombre de Secretos de Estado...
(JS): ¿Del Vaticano?
(E): No. De todos los Estados. Por eso no es posible hablar.
(JS): ¿Todas las investigaciones que se hicieron con la máquina se realizaron en Venecia?
(E): No. En todo el mundo.
(JS): No sabe cuándo dejará de ser secreto, ¿verdad?
(E): Espero que pronto, pero es muy difícil. Se revelarán demasiados secretos.
(JS): ¿Cambiaría mucho nuestra concepción de la Historia del Hombre?
(E): Mucho. Incluso las lenguas serían irreconocibles...
Tiempo
después de esta entrevista, en 1994, el padre Ernetti falleció
llevándose el secreto de su invención y sus hallazgos a la tumba.
La polémica de la fotografía del Cronovisor
Se
sabe que la foto no perteneció nunca al cronovisor. Para algunos fue
“sembrada” por el Vaticano para descalificar el invento y mantenerlo así
oculto de la opinión pública debido a los peligros que significaría no
sólo para la religión católica en sí, sino también a los estados del
mundo.
Sin
embargo, esta versión es desechada debido a que fue el propio padre
Ernetti, según varias versiones, quien decidió filtrar la fotografía a
los medios italianos. La pregunta en todo caso, es por qué entregó una
fotografía falsa.
Para
el periodista Javier Sierra, la respuesta estaría conectada con otra
historia. Según Sierra la fotografía “verdadera” tomada por el
cronovisor de Jesús en la cruz fue tomada entre los días 12 y 14 de
enero de 1956, sin embargo, luego de que el Papa Pío XII decidiera
considerar todo lo referido al invento como secreto de Estado, el padre
Ernetti tuvo que buscar otra manera para hacer conocida su obra.
Es
así como en 1959, se entera de la existencia de una monja española que
aseguraba recibir los estigmas de Cristo en su cuerpo. Cuando el padre
fue hacia allá para conocer la historia le pidió a la monja que le
describiera el rostro que veía de Jesús momentos antes de recibir los
estigmas. La monja así lo hizo y para su sorpresa, la imagen que
describió era muy parecida a la que él tenía del Cristo tomada por el
cronovisor.
El Cronovisor en manos del Vaticano
Luego
del supuesto fraude, Ernetti denunció que el Vaticano se apoderó de
todo su trabajo, las pruebas, las supuestas fotografías, incluso los
planos sobre cómo hacer un aparato semejante. Se dice que el Papa Pío
XII quedó tan impactado por las imágenes que mandó desmantelar de
inmediato el aparato y calificó el tema del cronovisor como
“Reservadísimo” hecho por el cual la Santa Sede no ha vuelto a tratar el
tema y se niega a dar algún tipo de información hasta nuestros días.
Planos de Cronovisor
Sin
embargo y pese al marcado silencio que mostró hasta el día de su
muerte, antes de su partida el padre benedictino pudo dejarle a su
amigo, el también sacerdote Francois Brune algunas pistas sobre cómo
funcionaba el mentado invento.
A
él le comentó por ejemplo que el aparato estaba compuesto por tres
módulos, un módulo con antenas para captar todo tipo de frecuencias, el
otro poseía una especie de pantalla en donde se materializaban las
imágenes tridimensionales, y el último, en donde se filmaban esas
imágenes. Algunos aseguran que una copia de estos planos se encontrarían
en Suiza.
Fuente: blog expediente oculto
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