A
lo largo de la historia se han registrado cientos de casos,
especialmente en la tradición religiosa cristiana, de personas que han
sido vistas en dos sitios a la vez. Acá se cuentan dos de los casos más
increíbles.
La bilocación puede ser definida como la presencia simultánea de una
persona en dos lugares diferentes. En el caso de las personas que lo
experimentan, aparentemente podrían ser capaces de interactuar con su
entorno de forma normal, lo que incluye la posibilidad de experimentar
sensaciones y de manipular objetos físicos.
Si bien no existe una explicación clara para explicar el fenómeno, se
cree que la bilocación puede ocurrir del siguiente modo: mientras un
cuerpo permanece en un lugar, en otro lugar podría estar una
representación o figura aparente del mismo. Esta representación podría
darse sobrenaturalmente (por intervención divina) o preternaturalmente
(por intervención diabólica).
Los estudiosos de los fenómenos místicos creen que los actos de
bilocación sobrenatural se darían por una representación sensible, hecha
milagrosamente por Dios. La bilocación, en este caso, actuaría de dos
maneras: o puramente en espíritu o bien en cuerpo y alma (la persona
completa). Los ocultistas, espiritistas, teósofos y otros, en tanto, se
refieren a la bilocación como una especie de viaje astral. El cuerpo
físico, real, quedaría como muerto y el alma, con un cuerpo igual de
visible, actuaría en otro lugar.
En términos generales, la Iglesia Católica ha tomado con mucha cautela
los casos de bilocación, aunque ha reconocido al mismo tiempo la
existencia de este fenómeno en la vida de santos y místicos. Entre los
casos más notables se cuentan al Papa San Clemente, San Francisco de
Asís, San Antonio de Padua, San Martín de Porres, San José de Cupertino,
San Alfonso de Ligorio, San Juan Bosco y San Pío de Pietrelcina.
El caso de San José de Copertino es muy ilustrativo, pues se asegura que
asistió a la muerte de su madre en su pueblo natal sin abandonar el
convento de Asís donde residía. Se cuenta que cuando la anciana estaba a
punto de expirar, gritó con la voz teñida de dolor: “¡Oh José, hijo
mío, ya no te veré más!”. A los pocos segundos habría aparecido una luz
resplandeciente que iluminó la habitación, y la moribunda, viendo a su
hijo, gritó de nuevo, pero esta vez con la voz llena de júbilo: “¡Oh
fray José, hijo mío!”.
En ese mismo momento, por cierto, el santo se encontraba a cientos de
kilómetros de distancia, en el convento de Asís. Lo curioso es que se
asegura que José salió llorando repentinamente de su celda y se encaminó
a la Iglesia a orar. El padre guardián, al verlo con el rostro tan
descompuesto y los ojos arrasados de lágrimas, le preguntó por el motivo
de su llanto. La respuesta de José fue lapidaria: “Mi pobre madre acaba
de morir”. A los pocos días llegó una carta que confirmó la infausta
noticia, pero los religiosos del convento quedaron estupefactos cuando
se enteraron, por testimonios de gente allegada a la fallecida, que el
santo había asistido personalmente a su madre moribunda. Todos estos
hechos, por supuesto, constaron oficialmente en su proceso de
beatificación.
Otro caso célebre de bilocación, pero esta vez fuera del ámbito de la
Iglesia Católica, es el del almirante inglés George Tryon. El 22 de
junio de 1893, el barco “Victoria”, capitaneado por Tryon, naufragó en
las cercanías del puerto de Trípoli después de chocar con otro navío de
su misma escuadra naval. Los supervivientes de la tragedia relataron
después como el propio Tryon se hundió heroicamente con la nave,
mientras gritaba amargamente la frase: “Todo fue mi culpa”, pues la
maniobra que ocasionó la colisión había sido ordenada por él.
Lo insólito del caso es que al mismo tiempo en Londres, a miles de
kilómetros de distancia, la esposa de Tryon y cientos de invitados que
participaban en una fiesta que se celebraba en la mansión del marino,
vieron a Tryon cruzar por el salón dando grandes pasos. Cuando le
dirigieron la palabra, el marino se ocultó en un corredor y nadie pudo
hallarlo después. Nunca apareció de nuevo.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente:
despiertaalfuturo
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