El insecto guarda en su abdomen su «última cena», la sangre de una criatura desconocida. Es la primera vez que se encuentra un fósil de estas características
Desde la aparición en los cines de «Parque Jurásico»,
muchos han fantaseado con las posibilidades de clonar diferentes
especies de dinosaurios a partir de la sangre encontrada en antiguos
mosquitos atrapados en ámbar. Algunos científicos afirmaron haber
encontrado insectos fosilizados con su última cena en su abdomen, pero
estos descubrimientos resultaron ser erróneos o estar contaminados.
Hasta ahora, porque un grupo de investigadores del Museo Smithsonian de
Historia Natural (Washington), ha encontrado por fin un mosquito repleto de sangre preservada en una roca de pizarra de 46 millones de años en el noroeste de Montana.
En realidad, el hallazgo, descrito en la revista Proceedings
de la Academia Nacional de Ciencias, fue hecho hace tres décadas por un
cazador de fósiles aficionado, un graduado en geología que guardó la
pieza y prácticamente se olvidó de ella hasta que hace poco fue
reconocida por un bioquímico jubilado llamado Dale Greenwalt, que
recogía fósiles para el Smithsonian. La muestra se encuentra atrapada en piedra,
no ámbar, y, por desgracia para los que ya soñaban con tener un T. rex
como mascota, no es lo suficientemente antigua como para contener los
restos de un dinosaurio. Pero sí es la primera vez que se ha encontrado
un mosquito fosilizado con sangre en su vientre.
«Cuando vi este espécimen en particular inmediatamente me
di cuenta, era obvio que era diferente», dice Greenwalt. Sospechaba que
el oscuro y opaco abdomen del mosquito, atrapado en un trozo de pizarra,
podía contener sangre de hace 46 millones de años. El personal de
laboratorio del museo utilizó una serie de técnicas para analizar la
muestra de cerca, incluyendo espectroscopía de rayos X. «Lo primero que
nos encontramos es que el abdomen se encuentra lleno de hierro, que es
lo que se espera de la sangre», dice Greenwalt. Además, el análisis
usando un espectrómetro de masas de iones secundarios reveló la
presencia de hemo, el compuesto que da a las células rojas de la sangre
su color distintivo y les permite transportar oxígeno por todo el
cuerpo.
Víctima desconocida
Según los autores, estos resultados sirven como evidencia
definitiva de que la sangre se conservó en el interior del insecto.
Pero, ¿a quién pertenecía esa sangre? Por el momento, los científicos no tienen forma de saber cuál era la criatura cuya sangre llenó el abdomen del mosquito.
Eso es porque el ADN se degrada demasiado rápido para sobrevivir
posiblemente 46 millones de años atrapado en piedra (o en ámbar). Una
reciente investigación indica que tiene una vida media de
aproximadamente 521 años, incluso bajo condiciones ideales.
Esto significa que incluso si milagrosamente hubiéramos
adquirido algo de ADN de esa antigua criatura, existen una gran cantidad
de problemas técnicos que impiden una clonación similar a la de
«Jurassic Park». Montar un genoma completo a partir de fragmentos de ADN es terriblemente complicado y
para traerlo a la vida sería necesario colocar ese ADN en un óvulo de
una especie viva estrechamente relacionada con la misteriosa criatura,
pero desconocemos cuál es.
Los científicos dicen que, aunque «no habrá antiguos seres
resucitados deambulando libres gracias a este nuevo hallazgo, el
descubrimento es científicamente significativo, ya que ayuda a los
científicos a comprender mejor la evolución de los insectos que se
alimentan de sangre». Anteriormente, lo más parecido a un mosquito con
el estómago repleto de sangre que los científicos habían encontrado era
uno con restos del parásito de la malaria dentro
de su abdomen. Esto proporcionaba una evidencia indirecta de que los
mosquitos se alimentaban de sangre hace 15 o 20 millones de años, pero
este nuevo descubrimiento representa la prueba directa más antigua del «comportamiento chupasangre». También muestra por primera vez que moléculas biológicas tales como el hemo pueden sobrevivir como parte del registro fósil.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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