Fue el primer norteamericano en orbitar la Tierra. Hoy, convertido en el astronauta más viejo de la historia, se cumplen 50 años de su gesta
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John Glenn, en una imagen de 1962
Comprimido en su diminuta cápsula Friendship 7 (Amistad 7), John Glenn fue el primer norteamericano en orbitar alrededor de la Tierra.
La fecha: tal día como hoy, un 20 de febrero, de 1962. Se convirtió
entonces en un héroe nacional y nunca se bajó el podium. Hizo carrera
política y llegó a ser senador por Ohio, pero, lejos de acomodarse en su
sillón, pasó por un auténtico calvario físico para prepararse para su
segundo record. Cumplidos los 77, participó en una misión del Discovery y
se ganó el título del astronauta más viejo del mundo. No es extraño que Glenn represente para muchos la esencia de América: ambición, aventura y superación.
La NASA
se vuelca estos días en celebrar el aniversario de la hazaña de su
héroe espacial, una hazaña que no escondía la rivalidad de EE.UU. con la
Unión Soviética. La puesta en órbita de Gleen era la respuesta
norteamericana al hito soviético de Yuri Gagarin, el primer ser humano que viajó al espacio ante el estupor del mundo occidental.
La
misión, que condujo a los estadounidenses a ganar la carrera por pisar
la Luna siete años más tarde, no estuvo exenta de problemas. Los
ingenieros tuvieron que construir una nave capaz de superar las
condiciones extremas del espacio y la recién descubierta radiación
espacial y que pudiera alcanzar la órbita terrestre sin ser destruida.
De
un equipo inicial de astronautas formado por siete pilotos militares de
pruebas, la NASA eligió para el primer vuelo orbital a John Glenn. Después de completar tres órbitas con duración de 4 horas 55 minutos y 23 segundos, Glenn fue recibido como un héroe nacional, con
un desfile al estilo del que tuvo Charles Lindbergh 35 años antes,
cuando cruzó por primera vez en avión el Océano Atlántico.
Segundo récord
En 1998, Glenn realizó su segundo vuelo espacial, en la misión STS-95, a bordo del transbordador espacial Discovery para estudiar los efectos del vuelo espacial en los ancianos.
En órbita, los astronautas sufren síntomas asociados con la vejez como
problemas cardiovasculares, cambios del ritmo de sueño y disminución de
la masa ósea y muscular. A la edad de 77 años, Glenn se convirtió en la persona de mayor edad que había ido al espacio. Para
ello, padeció durante meses un auténtico calvario, con intensos dolores
incluidos, para alcanzar el nivel físico requerido para formar parte de
la misión. «Estoy tan en forma como cuando tenía 50 años», repetía
incansable.
Gleen también ha sido partidario de la cooperación entre países para
profundizar en el conocimiento del espacio. «Los días de la Guerra Fría
ya han pasado a la historia, y el espacio se ha convertido en un
ejemplo de cooperación internacional beneficiosa, con resultados de
investigaciones científicas que están disponibles para todos», decía en
Oviedo tras recibir el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación
Internacional en 1999.El astronauta recordaba que en el último siglo el
hombre ha pasado del primer vuelo en avión a aterrizar en la Luna y
«sólo nuestra imaginación nos permite prever lo que sucederá en los
próximos cien años».
En
la actualidad, con 91 años, Glenn está dispuesto a participar
activamente en la efemérides del primer vuelo espacial orbital de
Estados Unidos. Este lunes hablará con la tripulación de la Estación
Espacial.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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