La compañía de neurotecnología
Neurovigil recibe una multimillonaria inversión de "un visionario
anónimo"; la cifra es el doble de lo que recibieron Facebook y Google en
sus inicios
.
El poder de descifrar los estados
cerebrales de manera no invasiva es seguramente uno de los grandes
rubros a despuntar en el desarrollo tecnológico del futuro. Desde el
perfeccionamiento de una interfaz entre el cerebro y las máquinas (para
hacer cosas solo con la mente: conducir un auto, una silla de ruedas,
etc.) a la capacidad de mapear la red neuronal e interpretar con
precisión lo que sucede en el cerebro (en cierta forma leer el
pensamiento, pero también espiar y anticiparse a lo que una persona
puede hacer), la neurotecnología es sin duda una de las más polémicas y
atractivas ramas de investigación científica contemporánea.
La compañía Neuro Vigil al parecer ha
recibido una multimillonaria inversión, mayor a la que recibieron
Facebook y Google en sus inicios, valuándola en unos 250 millones de
dólares.
Según un comunicado de prensa el inversionista es “un empresario y
visionario tecnológico estadounidense anónimo”. Se dice también que Bill
Gates y Steve Jobs podrían estar interesados en invertir en esta
empresa.
Por el momento el producto estrella de
NueroVigil es el iBrain, un flexible y ligero aparato
electroencefalográfico diseñado para monitorear la función cerebral de
una persona mientras duerme. El aparato permite realizar este tipo de
monitoreo de una forma mucho más cómoda y sin implantar electrodos, lo
que hace más fácil que se registren los estados cerebrales por largos
períodos.
Lo interesante es que junto con iBrain, NeuroVigil ha desarrolllado un
programa algorítmico para interpretar los datos, llamado SPEARS.
Este programa es capaz de obtener hasta 4
veces más información útil que los lectores usados comúnmente, lo que
lleva a descifrar una firma neurológica particular y posiblemente a
detectar enfermedades del sistema nervioso en su etapa de formación,
como el Alzheimer, el Parkinson o la esquizofrenia.
Aquí evidentemente yace una enorme
oportunidad financiera y de uso médico: la capacidad de implementar un
sistema preventivo de detección de enfermedades del sistema nervioso
podría significar cientos de millones de dólares desde la óptica
capitalista (aunque habría que hacer un cabildeo con las grandes
farmacéuticas) y, por otra parte, podría ser de gran beneficio para la
humanidad.
Pero esta tecnología tiene muchos otros
usos, entre ellos el neuromarketing, una incipiente industria que se
dedica a estudiar y predecir la actividad cerebral de una persona cuando
ve un anuncio, entra en contacto con un producto o decide por qué
candidato votar. Esto evidentemente otorga información a
las agencias de marketing que se utiliza en la creación de nuevos
productos, diseñados específicamente para producir ciertos efectos en
los cerebros de los consumidores. La información detrás de la pantalla
del cerebro humano es el oro del futuro.
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