La arqueóloga Louise Schofield delante de la mina hallada al norte
de Etiopía, y que se cree perteneció a la reina de Saba, Foto: el
Fideicomiso de Tigray
Una excavación británica se ha topado con una aqntigua mina de oro; un descubrimiento que podría resolver el misterio de dónde la reina de Saba, correspondiente a la leyenda bíblica, obtenía sus fabulosos tesoros.
Casi 3.000 años atrás, la soberana de Saba, cuyo territorio se extendía en lo que hoy es Etiopía y Yemen, llegó a Jerusalén con grandes cantidades de oro para donarlas al rey Salomón. Ahora una enorme y antigua mina de oro, junto con las ruinas de un templo y el lugar de un campo de batalla, han sido descubiertos en su antiguo territorio.
Louise Schofield, arqueóloga y antigua conservandora del Museo Británico, que dirige una excavación en la alta meseta de Gheralta en el norte de Etiopía, dijo: "Una de las cosas que siempre he apreciado de la arqueología es la forma en la que puede atar las cosas con leyendas y mitos. El hecho de que podamos tener las minas de la reina de Saba es extraordinario".
Una pista inicial consiste en una estela (o losa) de piedra de unos 6 metros tallada con un sol y una luna creciente, "la tarjeta de visita de la tierra de Saba", dijo Schofield. "Me arrastré debajo de la estela -temerosa de encontrarme una cobra de unos 3 metros que me advirtieron vivía en ella- y me dí de cara con una inscripción en sabeo, el idioma que la reina de Saba habría hablado".
Foto: Una estela con inscripciones en sabeo hallada al norte de Etiopía.
Sobre un montículo cercano ella encontró partes de columnas y, finamente tallados, piedras acanaladas de un templo enterrado que parece estaba dedicado al dios de la luna, la deidad principal de Saba, una civilización del siglo VIII a. C., que duró 1.000 años. La investigación reveló la existencia de una victoriosa batalla cercana, donde Schofield excavó huesos antiguos.
Aunque la gente local todavía busca pan de oro en el río, no eran conocedores de la antigua mina. Su conducto está enterrado a 1,5 metros, en una colina sobre la cual los buitres bajan en picado. Un antiguo cráneo humano está empotrado en el eje de entrada, la cual ostenta un cincelado típico de Saba.
Saba fue un poderoso reino que comerciaba con incienso y prosperó gracias al comercio con Jerusalén y el imperio romano. La reina está inmortalizado en el Corán y la Biblia, donde describen su visita al rey Salomón "con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias y mucho oro y piedras preciosas... Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro y una gran cantidad de especias".
"La visita de la reina de Saba al rey Salomón", Edward Poynter (1836-1939)
Aunque se sabe poco acerca de ella, la imagen de la reina ha inspirado obras místicas cristianas medievales en las que encarnaba la sabiduría divina, así como pinturas turcas y persas, el oratorio Salomón de Handel, y películas de Hollywood. Su historia todavía se cuenta a través de África y Arabia, y los cuentos etíopes al respecto están inmortalizados en el libro sagrado del Kebra Nagast.
La suya, se aduce, es una de las historias de amor más antiguas del mundo. La Biblia dice que visitó a Salomón para poner a prueba su sabiduría pidiéndole varios enigmas. La leyenda cuenta que él la cortejó, y que los descendientes de su hijo, Menelik -hijo de los sabios- se convirtieron en los reyes de Abisinia.
Schofield iniciará una excavación completa, según manifestó, y dijo que cuando estaba en el antiguo lugar, en un paisaje rocoso de cactus y árboles de acacia, era fácil imaginar ver llegar a la reina en un camello, supervisando a los esclavos y a los elefantes arrastrando las rocas de la mina.
Una vez que ella disponga de los fondos espera establecer con precisión el tamaño de la mina, cuya entrada está bloqueada por piedras. Las pruebas realizadas por un prospector de oro la alertaron de que la mina presenta una gran extensión, con un eje adecuado y un túnel suficientemente grande como para caminar a lo largo del mismo.
Foto:
Collar de oro descubierto en el Yemen en 1951. Tiene 2300 años
aproximadamente de antigüedad. Muestra una media luna, deidad principal
en el sur de Arabia en tiempos de la legendaria reina de Saba.
Schofield contribuyó a establecer las excavaciones de rescate de carácter multinacional en la ciudad romana de Zeugma, en el Eufrates, antes de que fuera inundada por la presa Birecik. Su último descubrimiento fue realizado durante su trabajo de desarrollo ambiental en Etiopía, al llevar a cabo una irrigación y un proyecto de ecoturismo y cultivo con el favor del Tigray Trust, una organización benéfica que ella fundó para ayudar a desarrollar un estilo de vida sostenible a los 10.000 habitantes de todo Maikado, donde las personas se ganan la vida con la agricultura de subsistencia.
Sean Kingsley, arqueólogo y autor de "El oro de Dios", dijo: "Dónde excavó Saba sus riquezas de oro es una de las grandes historias del Antiguo Testamento. Timna, en el desierto del Negev, es falsamente conocido como 'Las minas del rey Salomón', pero nada que reluzca se nos ha escapado".
"La idea de que las ruinas del imperio de Saba una vez más traerán la vida a los pueblos de los alrededores Maikado es verdaderamente poética y apropiada. Hacer del pasado algo relevante para el presente es exactamente lo que los arqueólogos deberían estar haciendo".
Una excavación británica se ha topado con una aqntigua mina de oro; un descubrimiento que podría resolver el misterio de dónde la reina de Saba, correspondiente a la leyenda bíblica, obtenía sus fabulosos tesoros.
Casi 3.000 años atrás, la soberana de Saba, cuyo territorio se extendía en lo que hoy es Etiopía y Yemen, llegó a Jerusalén con grandes cantidades de oro para donarlas al rey Salomón. Ahora una enorme y antigua mina de oro, junto con las ruinas de un templo y el lugar de un campo de batalla, han sido descubiertos en su antiguo territorio.
Louise Schofield, arqueóloga y antigua conservandora del Museo Británico, que dirige una excavación en la alta meseta de Gheralta en el norte de Etiopía, dijo: "Una de las cosas que siempre he apreciado de la arqueología es la forma en la que puede atar las cosas con leyendas y mitos. El hecho de que podamos tener las minas de la reina de Saba es extraordinario".
Una pista inicial consiste en una estela (o losa) de piedra de unos 6 metros tallada con un sol y una luna creciente, "la tarjeta de visita de la tierra de Saba", dijo Schofield. "Me arrastré debajo de la estela -temerosa de encontrarme una cobra de unos 3 metros que me advirtieron vivía en ella- y me dí de cara con una inscripción en sabeo, el idioma que la reina de Saba habría hablado".
Sobre un montículo cercano ella encontró partes de columnas y, finamente tallados, piedras acanaladas de un templo enterrado que parece estaba dedicado al dios de la luna, la deidad principal de Saba, una civilización del siglo VIII a. C., que duró 1.000 años. La investigación reveló la existencia de una victoriosa batalla cercana, donde Schofield excavó huesos antiguos.
Aunque la gente local todavía busca pan de oro en el río, no eran conocedores de la antigua mina. Su conducto está enterrado a 1,5 metros, en una colina sobre la cual los buitres bajan en picado. Un antiguo cráneo humano está empotrado en el eje de entrada, la cual ostenta un cincelado típico de Saba.
Saba fue un poderoso reino que comerciaba con incienso y prosperó gracias al comercio con Jerusalén y el imperio romano. La reina está inmortalizado en el Corán y la Biblia, donde describen su visita al rey Salomón "con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias y mucho oro y piedras preciosas... Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro y una gran cantidad de especias".
"La visita de la reina de Saba al rey Salomón", Edward Poynter (1836-1939)
Aunque se sabe poco acerca de ella, la imagen de la reina ha inspirado obras místicas cristianas medievales en las que encarnaba la sabiduría divina, así como pinturas turcas y persas, el oratorio Salomón de Handel, y películas de Hollywood. Su historia todavía se cuenta a través de África y Arabia, y los cuentos etíopes al respecto están inmortalizados en el libro sagrado del Kebra Nagast.
La suya, se aduce, es una de las historias de amor más antiguas del mundo. La Biblia dice que visitó a Salomón para poner a prueba su sabiduría pidiéndole varios enigmas. La leyenda cuenta que él la cortejó, y que los descendientes de su hijo, Menelik -hijo de los sabios- se convirtieron en los reyes de Abisinia.
Schofield iniciará una excavación completa, según manifestó, y dijo que cuando estaba en el antiguo lugar, en un paisaje rocoso de cactus y árboles de acacia, era fácil imaginar ver llegar a la reina en un camello, supervisando a los esclavos y a los elefantes arrastrando las rocas de la mina.
Una vez que ella disponga de los fondos espera establecer con precisión el tamaño de la mina, cuya entrada está bloqueada por piedras. Las pruebas realizadas por un prospector de oro la alertaron de que la mina presenta una gran extensión, con un eje adecuado y un túnel suficientemente grande como para caminar a lo largo del mismo.
Schofield contribuyó a establecer las excavaciones de rescate de carácter multinacional en la ciudad romana de Zeugma, en el Eufrates, antes de que fuera inundada por la presa Birecik. Su último descubrimiento fue realizado durante su trabajo de desarrollo ambiental en Etiopía, al llevar a cabo una irrigación y un proyecto de ecoturismo y cultivo con el favor del Tigray Trust, una organización benéfica que ella fundó para ayudar a desarrollar un estilo de vida sostenible a los 10.000 habitantes de todo Maikado, donde las personas se ganan la vida con la agricultura de subsistencia.
Sean Kingsley, arqueólogo y autor de "El oro de Dios", dijo: "Dónde excavó Saba sus riquezas de oro es una de las grandes historias del Antiguo Testamento. Timna, en el desierto del Negev, es falsamente conocido como 'Las minas del rey Salomón', pero nada que reluzca se nos ha escapado".
"La idea de que las ruinas del imperio de Saba una vez más traerán la vida a los pueblos de los alrededores Maikado es verdaderamente poética y apropiada. Hacer del pasado algo relevante para el presente es exactamente lo que los arqueólogos deberían estar haciendo".
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: sabiens
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