El Codex Rohonczi (Códice Rohonczi) es uno de los libros prohibidos por excelencia. Al igual que el enigmático Manuscrito Voynich, el Codex Rohonczi aún no ha sido descifrado por completo.
El origen del Codex Rohonczi es completamente desconocido. En 1838 fue
donado por Gusztáv Batthyány, hombren noble y acaudalado, a la Academia
de Ciencias Húngaras, junto con el resto de su extraña biblioteca. Su
nombre corresponde al de la ciudad de Rohoncz, al oeste de Hungría, que
actualmente se conoce como Rechnitz, territorio austríaco. El
libropermaneció allí hasta 1907, año en el que fue trasladado a
Budapest.
Anteriormente,
en 1885, el Codex Rohonczi fue copiado y remitido a Bernard Jülg,
investigador alemán de la Universidad de Innsbruck, quien lo devolvió,
alarmado y melancólico, sin haber descifrado ni siquiera una palabra del
texto. Antes de él, en 1840, los sabios Ferenc Toldy y Pál Hunfalvy
también fueron derrotados por el libro maldito. El paleógrafo austriaco
Albert Mahl confirmó su antigüedad (alrededor de 1530 d.C), aunque ni él
ni sus sucesores, Josef Jirecek y Konstantin Jirecek, lograron
desentrañar sus misterios. El pintor húngaro Mihály Munkácsy consiguió
un permiso de la corte para trasladar el códice a París para efectuar un
estudio en conjunto. Los resultados fueron igualmente decepcionantes.
Golpeados en su orgullo, los científicos zíngaros declararon que el
Codex Rohonczi es un engaño, y pusieron nombre al estafador: Sámuel
Literáti Nemes (1796-1842), anticuario húngaro-transilvano, y miembro
fundador de la biblioteca nacional de Budapest, conocido como un
falsificador de talento inusitado. Esta opinión, más cercana a una
búsqueda de paz mental de que verdades comprobables, fue defendida por
numerosos científicos inquietos.
El Codex Rohonczi posee 448 páginas. Cada una contiene entre 9 y 14
filas de signos. En los márgenes hay 87 ilustraciones que detallan
escenas de la vida comunal, religiosa y militar. Extrañamente, los
dibujos apuntan a una comunidad pluricultural, donde paganos, musulmanes
y cristianos conviven en perfecta armonía, así como los símbolos que
los identifican: la cruz, la media luna y el sol.
Los símbolos utilizados en el Codex Rohonczi multiplica por diez la
cantidad de signos de cualquier alfabeto conocido. Algunos de ellos
aparecen esporádicamente, lo cual da la idea de que no se trata de un
alfabeto, sino de un silabario parecido a los ideogramas chinos, aunque
infinitamente más complejo.
El lenguaje del Codex Rohonczi es tan desconocido como imposible, lo
cual no impidió algunos saludables intentos de traducción e
interpretación. Attila Nyíri, por ejemplo, colocó las páginas del códice
al revés y volcó los símbolos en letras similares de nuestro alfabeto y
luego los ordenó en frases y párrafos, todos ilegibles, aunque de tanto
en tanto emergía alguna alusión litúrgica. Por ejemplo:
Eljött az Istened. Száll az Úr. Ó. Vannak a szent angyalok. Azok. Ó.
(Tu Dios ha venido. Señor vuela. Oh. Hay santos ángeles. Ellos. Oh.
Una mujer notable entra en escena, la filóloga rumana Viorica Enăchiuc,
quien asegura una semejanza del texto con las formas dacias del Danubio.
Según su estudio, el manuscrito está relacionado con el latín vulgar y
el rumano antiguo, pero escrito en un alfabeto dacio deformado. Viorica
señala que el Codex Rohonczi narra las guerras del pueblo de Blaki
contra los cumanos, aunque elude cualquier referencia sobre las imágenes
pacíficas. En el primer capítulo se menciona un eclipse solar que
realmente existió en el año 1090 d.C. Allí se lee, de derecha a
izquierda y de abajo hacia arriba:
Solrgco zicjra naprzi olto co sesvil cas.
Oh, Sol de vida deja escribir lo que abarca el tiempo.
Hasta aquí, el Codex Rohonczi sólo ofrece interés para historiador de la
región. Pero muy pronto el misterio del libro abarcó una cuestión
capital: la infancia de Jesús.
Mahesh Kumar Singh, políglota hindú, afirma que la dirección del
documento, escrito de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, es
una variante particularmente antigua de la escritura brahmi. Siguiendo
su método logró traducir 24 páginas completas. En ellas queda claro que
el Codex Rohonczi es una especie de evangelio apócrifo que habla sobre
la infancia de Jesús, entre otros temas polémicos.
Lo cierto es que, aún hoy, las opiniones sobre el Codex Rohonczi varían
de sabio en sabio, dependiendo de sus inclinaciones y afinidades. El
texto, por su parte, continúa siendo un misterio.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente:
despiertaalfuturo
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