Investigadores confirman que el planeta enano contiene abundante agua
IMCCE-Observatoire de Paris / CNRS / Y.Gominet, B. Carry
Está confirmado: Ceres contiene agua en abundancia.
La roca de cerca de 1.000 km de diámetro que es la mayor de todo el
cinturón de asteroides y que desde 2006 ha pasado a considerarse como un
planeta enano, expulsa al espacio hasta 6 kilos de vapor por segundo.
Los científicos ya sospechaban desde hace 30 años que el agua podía ser
un componente fundamental de Ceres, pero esta es la primera vez que han
podido observar directamente cómo estas moléculas fundamentales para la
vida escapan desde dos regiones del cuerpo celeste. Lo han logrado
investigadores de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Universidad de
Florida Central (Orlando, EE.UU.) con la ayuda del telescopio Herschel de la agencia europea. Sus resultados, publicados en la revista Nature,
serán de gran utilidad para el estudio del asteroide por parte de la
sonda Dawn de la NASA, que le dará alcance en la primavera de 2015.
Además, también puede ayudar a entender el origen de la vida en la
Tierra y la evolución de los planetas.
Las peculiaridades de Ceres y su
compañero Vesta resultan intrigantes. Los dos protoplanetas, pequeños
mundo que se quedaron en el camino de parecerse a la Tierra o a Marte,
están situados muy cerca y, sin embargo, son muy diferentes. Mientras
Vesta es convulso, experimenta un calor extremo y erupciones volcánicas,
Ceres no alcanza temperaturas suficientemente altas como para fundir
las rocas.
La razón, precisamente, puede tener
que ver con el agua. Los autores de la investigación creen que la fuente
de vapor de agua observada en Ceres se debe a un proceso de disipación
del calor que imposibilita que las rocas se fundan. El vapor de agua,
posiblemente proveniente del hielo derretido bajo la superficie fluye
hacia arriba y se evapora en el espacio. Durante la formación de Ceres
hace aproximadamente 4.600 millones de años, la sublimación del agua
helada podría haber disipado el calor en el espacio. Esto habría evitado
que Ceres termine como Vesta.
Arrastrados por Júpiter
Los científicos también creen que Ceres se formó en una
región exterior del Sistema Solar más fría que la de Vesta, más allá de
la conocida como línea de nieve,
la distancia del joven Sol en la que las temperaturas fueron lo
suficientemente bajas para que el agua pudiera formar hielo. Sin
embargo, Ceres y Vesta están ahora muy cerca uno del otro debido a la
migración de Júpiter, hace unos 4.000 millones de años, que pudo
haberlos arrastrado desde sus lejanos lugares de formación para
confinarlos en sus ubicaciones actuales.
La migración planetaria pudo haber jugado un importante papel en el origen y la evolución de la vida en nuestro planeta.
Según esta teoría, cuando los planetas gigantes cambiaron de posición,
perturbaron las poblaciones de pequeños cuerpos rocosos y helados
(asteroides y cometas), que golpearon la Tierra primitiva y la Luna
regándola con molélulas orgánicas y agua.
Cuando Dawn se acerque a Ceres en 2015 después de haber visitado Vesta
recientemnte, podrá recoger datos que servirán a los científicos para
profundizar en este apasionante relato.
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