El arqueólogo colombiano Carlos Castaño Uribe describió el Parque del
Chiribiquete, no solo como “de extraordinaria belleza y gran interés
biológico y ecológico, sino también como un probable lugar de
manifestaciones de arte rupestre y culturales en la mitad de la selva
amazónica de la cual no se conocía nada”.
Como resultado de las expediciones realizadas por un grupo
interdisciplinario de científicos en 1992, en el Parque del Chiribiquete
se hizo el sorprendente hallazgo de “un conjunto apreciable de
yacimientos pictográficos de imponente belleza y majestuosidad
constituido por 36 abrigos rocosos, con más de 200.000 dibujos que
conforman el mayor hallazgo de pictografías amazónicas hasta ahora
reportado en el mundo científico”, según descripción realizada en el libro Serranías y Sierras.
Fue la casualidad lo que llevó a Castaño a conocer este lugar en 1987.
El piloto debía tomar la ruta hacia Leticia, pero el mal tiempo los hizo
volar hacia la Araucara, por el suroccidente del país. Después de un
tiempo de sobrevuelo empezaron a sobresalir de la gran extensión verde
de la selva amazónica, “majestuosas estructuras rocosas que nos
obnubilaron. Nos gastamos dos horas y toda la gasolina recorriendo la
serranía…”, señaló en agosto pasado, Castaño al medio El Espectador.
Para los treinta y cinco científicos que participaron en la
investigación, el lugar era un completo enigma, dijo Castaño. En uno de
los 17 sobrevuelos pudieron darse cuenta de gran cantidad de plantas
desconocidas, y además eran muy notorias unas manchas rojas en las
rocas, que luego con un acercamiento del aeroplano, constataron, eran
innumerables pinturas.
“Me quise desvanecer la primera vez que vi de cerca una de esas manchas
rojas” destacó el arqueólogo, en la entrevista. “Innumerables figuras
diminutas, preciosas (miniaturas de un centímetro y otras hasta de metro
y medio), jamás imaginé la exquisitez del detalle, la minuciosidad…”,
dijo el arqueólogo.
Según Carlos Castaño
la gran expresión pictórica del Chiribiquete, muestra “escenas rituales
propiciatorias de faenas de caza y/o de guerra. La figura del jaguar es
uno de los elementos iconográficos más importantes de la distinción de
poder y conocimiento y demuestra la habilidad y agudeza de los
cazadores“.
De acuerdo a la descripción que hace el libro Serranías y Sierras, en la
mitología de las comunidades indígenas amazónicas, “el jaguar es creado
por el Sol como su representante en la Tierra; es el único animal que
domina el agua, la tierra y el cielo pero ante todo, protector de la
selva; es un animal fálico, símbolo de la fecundidad del universo”.
Saber quién y cuándo se realizaron estas pictografías es muy difícil,
destacó el arqueólogo Alvaro Botiva en entrevista para La Gran Época. No
se ha encontrado algo que explique estos interrogantes, todo lo
planteado hasta el momento en las investigaciones arqueológicas son
meramente hipótesis.
Según Botiva, en su Manual de Arte Rupestre
es probable que el origen de estas manifestaciones artísticas sea en
contextos de rituales, es decir, bajo el efecto de sustancias
psicotrópicas, con las cuales observaron determinadas figuras que
plasmaron en estas inmensas rocas. Este planteamiento también es
“insatisfactorio debido a la imposibilidad de probar si lo que está
representado es efectivamente lo que el investigador supone que es”.
Acercarse a qué quería plasmar el artista, es “una empresa completamente
difícil” concluye Alvaro Botiva. Incluso otros investigadores plantean
que sin conocer “el contexto de elaboración” tampoco se puede dar una
explicación a su significado.
Los análisis de los pigmentos de las pictografías y las numerosas piezas
encontradas en el Chiribiquete corresponden a un periodo de tiempo que
va desde 17.000 años antes de Cristo hasta después de la Conquista. Se
supone que pudieron ser los Karijona, una de las familias más
importantes de la época precolombina quienes utilizaban este lugar, para
sus rituales, planteó el arqueólogo Castaño en su investigación.
Son casi tres millones de hectáreas, que de acuerdo a la descripción de Parques Nacionales (fotos) es
una extensa sabana de tupidos bosques de las que sobresalen formaciones
rocosas muy antiguas llamada tepuyes, formando un paisaje de una gran
“imponencia”. Alberga una gran diversidad de flora y fauna, en algunos
casos especies de carácter endémico y otras sin clasificar.
Los estudios de el ornitólogo estadounidense Gary Stiles
quien hizo parte del equipo de científicos reunidos por Carlos Castaño,
mencionan que el Parque del Chiribiquete se ha convertido en un lugar
muy importante para la conservación de aves puesto que se han encontrado
450 especies entre ellas el colibri esmeralda unico de este lugar.
Los cultivos ilícitos y la deforestación en el Parque del Chiribiquete,
promovidos por grupos alzados en armas, están atentando contra la
estabilidad de la biodiversidad de la Serranía. Aunque la explotación
aurífera se realiza en zonas lejanas al Parque, los métodos
rudimentarios han destruido centenares de hectáreas de bosques,
contaminado ríos y quebradas con mercurio, cianuro y residuos de
combustibles, señaló el biólogo Germán A. Corzo M. en el estudio que realizó como consultor, para la ampliación del Parque Serranía del Chiribiquete, en mayo de 2012.
En la actualidad posiblemente existen cuatro grupos indígenas en
condiciones de aislamiento voluntario en la zona del Chiribiquete, según
investigaciones por Parques Nacionales.
Pero con respecto a sus antiguos pobladores, los Carijona, después de
la extinción ocasionada por la explotación del caucho por comerciantes
invasores entre los años 1905 y 1970, sólo existirían algunas familias
sobrevivientes lejos de allí, en las partes altas de los ríos Vaupés y
Caquetá en cercanías a la frontera con Brasil.
Todos estos factores, más la posible explotación de petróleo en la zona,
motivaron a que Parques Nacionales y el Instituto von Humboldt
gestionan la ampliación de la zona protegida.
En el mes de agosto de 2012, el Ministerio de Medio Ambiente anunció la expansión del Parque Nacional del Chiribiquete de 1.2 millones de hectáreas a casi tres millones de hectáreas.
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