Una de las más distantes conocidas, data de la época en la que la luz de las primeras estrellas surgió en el Universo
The CLASH team / The Space Telescope Science Institute
Cada
vez alcanzamos a ver más lejos en el Universo, lo que significa, al
mismo tiempo, adentrarnos en un pasado remotísimo. Un equipo
internacional de investigadores, entre los que se encuentran varios del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha descubierto una de las galaxias más distantes conocidas, formada hace unos 13.500 millones de años, solo unos 200 millones de años después del Big Bang, la gran explosión que dio origen a todo. Esta galaxia, cuya existencia ha sido anunciada en la revista Nature, es un vestigio de la inexplorada época de la reionización, cuando la luz de las primeras estrellas comenzó a surgir de una densa y fría niebla de hidrógeno y puso fin a la «era oscura».
El hallazgo resulta en verdad meritorio, ya que la galaxia, denominada MACS1149 JD,
es extraordinariamente débil y solo ha podido ser detectada por los
telescopios espaciales Hubble y Spitzer gracias a un curioso efecto de lente gravitatoria, por el que otras galaxias que se encuentran en su camino actúan como una lupa cósmica y
amplifican su luminosidad. «Esto nos permitirá estudiarla en detalle
con otros telescopios y, por tanto, caracterizar las propiedades de las
primeras galaxias que aparecieron después del Big Bang», señala el
investigador Txitxo Benítez, del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
La época oscura
Cuando
miramos los astros del cielo, miramos al pasado. Debido a que luz tarda
un tiempo en alcanzarnos, por ejemplo, vemos el Sol cuando era ocho
minutos más joven. De la misma forma, si la luz de la galaxia ha tardado
en llegar hasta nosotros más de 13.200 millones de años, estamos
viéndola tal y como era en el universo primitivo (que tiene una edad
estimada de 13.700 millones de años). Esto significa observar un objeto
de la época de la reionización del medio interestelar.
«La luz ultravioleta de aquellas primeras estrellas comenzó a ionizar
los átomos de hidrógeno neutro que poblaban el universo (y que absorbían
la radiación) y el universo fue, paulatinamente, haciéndose
transparente a la radiación, es decir, observable», explica Alberto
Molino, también del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Este trabajo se enmarca en el proyecto CLASH (Cluster Lensing and Supernova survey With Hubble), cuyo objetivo principal reside en aportar luz sobre la materia y la energía oscuras.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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