El científico Richard E. Lenski ha estudiado una cepa de la bacteria Escherichia coli durante más de 50.000 generaciones
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Richard E. Lenski ha estudiado una cepa de la bacteria Escherichia coli durante más de 50.00 generaciones. El experimento, considerado el más largo del mundo en su área,
comenzó en 1988 y ha permitido a Lenski determinar que los miembros de
uno de sus cultivos de bacterias, después de 31.000 generaciones, evolucionaron.
Los organismos en cuestión han desarrollado un nuevo rasgo y son
capaces de asimilar citrato en condiciones aeróbicas, es decir, en
presencia de oxígeno.
Algunos
experimentos deben extenderse a lo largo de muchos años para que
produzcan resultados importantes. Si queremos estudiar la evolución de
los seres vivos, por ejemplo, necesitamos analizar decenas de miles de
generaciones y aunque los conejillos de indias de nuestro laboratorio
tengan una vida muy corta, alcanzar un numero tan elevado de divisiones
requiere de varios años. Eso es algo que seguramente tiene muy claro
Richard E. Lenski, un científico que ha estudiado 12 poblaciones de la
bacteria Escherichia coli desde hace unos 25 años. Comenzó con su
experimento en 1988 y vio cómo se sucedían unas 55.000 generaciones de
estos seres. Se trata, por mucho, del experimento de “síntesis evolutiva” más largo encarado hasta la fecha. Y los resultados, parece, han valido la pena.
El cuerno de un unicornio
“Hemos descubierto cómo puede surgir el cuerno de un unicornio,” afirma Lenski en un articulo que acaba de publicar Nature.
La frase viene a cuento por que el científico ha encontrado que una de
las poblaciones de bacterias que está estudiando “mutó” allá por la
generación número 31.000, desarrollando un nuevo rasgo. Los integrantes
de esa colonia son ahora capaces de asimilar citrato en condiciones
aeróbicas (es decir, en presencia de oxígeno), algo que los integrantes
originales de la colonia eran incapaces de hacer.
Para
que esto ocurra, explica Lenski, un rasgo nuevo ha tenido que
evolucionar mediante el “reordenamiento” y “amplificación” de algunos
genes preexistentes. Es decir, no ha aparecido ningún gen nuevo, pero sí
se ha modificado parte del código genético existente. Este experimento
demuestra claramente que los denominados “cambios microevolutivos
graduales” ocurren y que pueden producir innovaciones en el fenotipo.
Según el autor, esto desarma uno de los argumentos más importantes esgrimidos por los creacionistas.
En
realidad, no es la primera vez que un experimento de estas
características encuentra algún cambio microevolutivo pero, hasta donde
sabemos, ninguno ha hallado uno tan grande ni ha dejado registrado todos
los pasos previos que conducen al cambio. En efecto, el equipo de
Lenski ha sido lo suficientemente constante como para cada día, durante
25 años, transferir una a una las 12 poblaciones a un nuevo matraz para
que den lugar a una nueva generación y, de paso, almacenar a 80 ºC bajo
cero una muestra de cada una. Esto permite el análisis posterior de las
mismas, convirtiendo el experimento en una suerte de “mapa” que muestra
la forma en que los genes se fueron modificando.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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