Investigadores sugieren que los compuestos orgánicos necesarios para que nuestro planeta dejara de ser un mundo inerte se desarrollaron ya en los lugares más fríos del Universo y recrean con éxito el proceso en laboratorio
NASA/JPL-Caltech
Investigadores
del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena,
California, han logrado desarrollar en laboratorio mezclas de sustancias orgánicas,
en concreto moléculas que contienen carbono, en hielo. Quizás esto no
diga mucho a la mayoría, pero si se tiene en cuenta que ése es el
proceso que pudo haber «inyectado» la vida en la Tierra desde el
espacio, el experimento se vuelve mucho más interesante. El objetivo del
estudio, publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, es entender mejor cómo nuestro planeta dejó de ser un mundo inerte para convertirse en un hervidero biológico.
El
equipo ofrece la primera mirada directa a la química orgánica que se
produce en las partículas de hielo en los lugares más fríos de nuestro
Sistema solar, incluso entre las estrellas. Los científicos creen que
los ingredientes básicos de la vida, como el agua y la materia orgánica,
comenzaron su viaje a la Tierra sobre estas solitarias partículas de
hielo. El hielo y los compuestos orgánicos pudieron haber encontrado su
camino en cometas y asteroides que luego cayeron a la Tierra, de forma
que resultara una inyección de ingredientes «prebióticos» que diera el empujón a la aparición de la vida. La teoría, claro está, resulta controvertida.
Los distintos pasos necesarios para pasar de compuestos orgánicos helados a mohos acuáticos
no están claros, pero los nuevos hallazgos ayudan a explicar cómo
funciona el proceso. Los experimentos de laboratorio muestran que la
materia orgánica puede comenzar el tratamiento que necesita para
convertirse en prebiótica mientras todavía está congelada en el hielo.
«Los pasos básicos necesarios para la evolución de la vida pudieron
haber comenzado en las regiones más frías del Universo», dice Murthy
Gudipati, autor principal del nuevo estudio en el JPL. «Nos sorprendimos
al ver la química orgánica desarrollándose en hielo, a esas
temperaturas tan frías en nuestro laboratorio».
Los compuestos orgánicos que se observaron en el estudio se llaman, nada menos, hidrocarburos aromáticos policíclicos o PAHs. Estas moléculas ricas en carbono se pueden encontrar en la Tierra como productos de combustión: por ejemplo, en las barbacoas, el hollín de las velas e incluso salen del tubo de escape de los coches. También han sido vistos por todo el espacio en los cometas, asteroides y otros objetos distantes. El telescopio espacial Spitzer de
la NASA ha detectado los PAHs en los discos de formación de planetas
alrededor de las estrellas, en los espacios entre las estrellas y en
galaxias remotas.
El
equipo del JPL imitó el ambiente de las moléculas heladas PAHs en el
frío del espacio, a temperaturas tan bajas como -268 grados Centígrados.
En primer lugar, bombardearon las partículas con radiación ultravioleta similar a la de las estrellas.
Después, para determinar los productos de la reacción química, se
utilizó un tipo de sistema de láser conocido como MALDI, que implica
desintegrar el hielo con láser en las bandas infrarroja y ultravioleta.
Búsqueda de vida extraterrestre
Los
resultados revelaron que los HAPs se había transformado: se habían
incorporado los átomos de hidrógeno en su estructura, convirtiéndose en compuestos orgánicos más complejos.
Según los científicos, éste es el tipo de cambio que tendrá que
producirse si el material fuera a convertirse eventualmente en
aminoácidos y nucleótidos, trozos de proteína y ADN, respectivamente.
Otra
ventaja para la investigación es que podría explicar el misterio de por
qué las HAPs aún no han sido identificadas en granos de hielo en el
espacio. Los nuevos hallazgos muestran que los HAPs, una vez que se
adhieren a la superficie de hielo, se transforma químicamente en otras
sustancias orgánicas complejas, explicando por qué no puede ser visto.
Según los científicos, estos resultados sugieren que los primerísimos ladrillos para la vida podrían haber comenzado ya en las regiones muy frías del Universo,
lo que da paso a la pregunta de si podrían surgir también en otros
lugares más allá de nuestro Sol. Los investigadores no lo saben, pero
creen que estos estudios ayudan a la incansable búsqueda de la vida fuera de la Tierra.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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