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lunes, 12 de noviembre de 2012

Descubren en Mongolia los primeros cruces entre asiáticos y europeos.


Un estudio genético de los cuerpos enterrados en el lado este indica que los habitantes cruzaron las emblemáticas cumbres del Asia Central entre los siglos VII y II a. C.



Una de las tumbas, en la que una caja de madera con dos personas fueron encontradas con sus caballos fuera. Los cadáveres fueron enterrados con sus mejores ropas y armas (puñales, hachas de bronce y arco y flechas). También pusieron láminas de oro alrededor de su cabeza y un plato de comida. Xavier Jordana -Instituto Catalán de Paleontología.

Investigadores españoles descubrieron en los genes de los cuerpos enterrados en las cumbres Altai de la parte de Mongolia, que las primeras evidencias de cruces entre asiáticos y europeos se dieron en esta zona en la edad de Hierro.
El equipo postula que una migración de los orientales que habitaban el lado este de las cumbres Altai, hacia Europa, donde habitaban los escitas europeos, hizo que estos adoptaran algunas de sus costumbres al volver.

Los investigadores descubrieron en el lado este de la cordillera, cuerpos humanos de la edad de Bronce, entre los siglos XX a VII a. C. y de la edad de Hierro, entre los siglos VII a II a. C., y solo en estos últimos, se evidenció un cruce genético, entre asiáticos y escitas europeos.

La Cordillera del Asia central, el Altai, ocupa territorios de Rusia y Kazajistán en el oeste y de Mongolia y China en la cara este y siempre se la consideró una barrera importante para que las poblaciones de ambos lados convivieran y se mezclaran, “así permanecieron diferenciadas durante milenios: la europea en la parte occidental y la asiática al este”, señala el informe.

“Los resultados obtenidos muestran que la población de la Edad de Hierro, correspondiente al período escita del Altai, tenían una mezcla perfecta, del 50%, de linajes o secuencias de ADN mitocondrial europeos y asiáticos”, señalaron los investigadores.

“Es un dato importante, ya que las poblaciones anteriores (en la edad de Bronce) no muestran mezcla de estos linajes; el ADN de las tumbas localizadas en Rusia y Kazajstán pertenece a linajes europeos, mientras que los de la parte del este, en Mongolia muestran linajes asiáticos”, aclara el estudio.

El nuevo descubrimiento “aporta luz nueva sobre cuándo y cómo se produjo esta mezcla genética euroasiática” , explica el informe desarrollado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en conjunto con el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont y del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC).

Los científicos del laboratorio de paleogenética analizaron en los cuerpos encontrados, el ADN mitocondrial, extraído de huesos y dientes. Mediante este ADN mitocondrial, que se transmite por vía materna, siguieron el rastro de los antepasados.

Los cuerpos correspondieron a 19 esqueletos de los siglos XX a VII a. C., población de la Edad del Bronce, y del período entre los siglos VII a II a. C., edad de Hierro.

Las tumbas habían sido localizadas hace siete años en una investigación en la que se descubrieron esqueletos de guerreros escitas, lo que supuso la primera evidencia de esta cultura en el este asiático.

Estudios anteriores permitieron demostrar que los escitas se expandieron desde el occidente y fueron la primera gran población con mezcla europea y asiática, “pero sólo se habían analizado poblaciones de las estepas euroasiáticas de la parte occidental, lo que sugería que esta mezcla se debió a migraciones de población europea hacia el este”.

Sin embargo, ahora los científicos españoles postulan que se produjo una “expansión demográfica de la población local de Asia Central, favorecida por las mejoras tecnológicas que la cultura escita”.

Las excavaciones de la tumbas de Altai de Mongolia se realizaron en tres campañas de un proyecto europeo entre los años 2005 a 2007 con la participación de investigadores de la UAB en conjunto con investigadores franceses y mongoles.

Muchas de las 19 tumbas estaban congeladas y contenían cuerpos humanos momificados acompañados de un rico ajuar que incluía sus caballos.




Fuente:    sabiens

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