El satélite EchoStar será lanzado hoy con cien imágenes que describen nuestro mundo por si lo encuentra una posible civilización extraterrestre
¿Qué puede describir mejor a la humanidad, cuál sería
nuestra mejor tarjeta de visita? ¿Un conjunto de ecuaciones matemáticas,
la explicación de nuestro ADN, información en código binario de
nosotros mismos y el mundo que nos rodea? Un grupo de científicos,
filósofos y artistas ha escogido otra forma de presentarnos ante una posible civilización extraterrestre, un legado que quizás pueda sorprender a algunos, pero que, sin duda, resulta hermoso y poético. Son cien imágenes de lugares, acontecimientos y fenómenos de nuestro planeta, en blanco y negro, guardadas en discos de silicio recubiertos de oro que viajarán en el satélite de comunicaciones EchoStar XVI, que será lanzado este martes desde desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.
El proyecto, denominado The Last Pictures (Las
Últimas Fotografías) supone algo así como enseñar nuestro álbum de
fotos a un visitante que se nos acerca por primera vez. Esto es lo que
somos, para bien y para mal. Durante cuatro años, un equipo formado por
artistas, geólogos, matemáticos, filósofos, etc. seleccionó las
fotografías que creían más representativas hasta quedarse con cien. En
la colección se encuentran el retrato de las herramientas que se utilizaron para la construcción de la bomba atómica, una tormenta de arena, un tornado, el retroceso de los glaciares,
las pinturas rupestres de Lascaux y el lanzamiento de una cápsula
Soyuz. También puede contemplarse un barco encallado, el viento entre
las ramas de los árboles o la famosa tormenta de polvo de azotó Texas en
la década de 1930. Entre las imágenes que nos reflejan como un espejo, un
grupo de huérfanos refugiados en su primera visita al mar o unos
inmigrantes tratando de cruzar la frontera de México con EE.UU. Algunas escenas son grandiosas, otras cotidianas.
Desde los discos dorados dentro de las naves Voyager
con el dibujo de un hombre y una mujer desnudos y nuestra «dirección»
para encontrarnos en el espacio, parece que seguimos sintiendo la misma
necesidad de lanzar al Universo un mensaje en una botella. Quizás, quien
sabe, dure lo suficiente para que alguien, aún un desconocido, sepa
quiénes somos o, si este encuentro ocurre dentro de mucho tiempo, quienes fuimos esos seres que, en otro tiempo, habitaron el planeta Tierra. El caso, de una u otra forma, es perdurar.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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