Artículo publicado por Philip Ball el 3 de agosto de 2012 en physicsworld.com 
Lo que haces hoy 
podría afectar a lo que sucedió ayer – esta es la extravagante 
conclusión de un experimento mental de física cuántica que se describe 
en el borrador de un artículo de Yakir Aharonov de la Universidad de 
Tel-Aviv en Israel y sus colegas. 
Parece imposible, 
de hecho parece violar uno de los principios más valiosos de la ciencia –
 la causalidad – pero los investigadores dicen que las reglas del mundo 
cuántico conspiran para preservar la causalidad “ocultando” la 
influencia de las elecciones futuras hasta que realmente se realizan 
dichas elecciones.
 En el corazón de 
la idea está el fenómeno cuántico de la “no localidad”, en el cual hay 
dos o más partículas en estados interrelacionados o “entrelazados” que 
permanecen indeterminados hasta que se realiza una medida en una de 
ellas. 
Una vez tienen 
lugar las medidas, el estado de la otra partícula queda también fijado 
instantáneamente, sin importar lo lejos que esté. Albert Einstein señaló
 por primera vez esta “acción a distancia” instantánea en 1935, cuando 
defendió que esto significaba que la teoría cuántica debía ser 
incompleta. 
Los experimentos 
modernos han confirmado que esta acción instantánea es, de hecho, real, y
 ahora resulta clave para tecnologías prácticas de la cuántica tales 
como la criptografía y la computación cuántica.
Aharonov y sus colaboradores describen un experimento para un gran grupo
 de partículas entrelazadas. Defienden que, bajo ciertas condiciones, la
 elección del experimentador de una medida de los estados de las 
partículas pueden afectar a los estados de las partículas que estaban en
 un momento anterior, cuando se realizó una medida muy débil. 
En efecto, la 
medida “débil” anterior anticipa la elección realizada en la posterior 
medida “fuerte”.
4D en lugar de 3D
El trabajo se basa en una forma de pensar sobre el entrelazamiento 
conocida como “formalismo de vector de dos estados” (TSVF), propuesta 
por Aharonov hace tres décadas. El TSVF considera las correlaciones 
entre partículas en un espacio-tiempo 4D en lugar de en un espacio 3D. 
“En tres dimensiones parece algún tipo de influencia milagrosa entre dos
 partículas lejanas”, dice el colega de Aharonov, Avshalom Elitzur del 
Instituto Weizmann de Ciencia en Rehovot, Israel. “En un espacio-tiempo 
completo, es una interacción continua que se extiende entre eventos 
pasados y futuros”. 
Aharonov y su 
equipo han descubierto ahora una notable implicación del TSVF que está 
relacionada con la cuestión de cuál es el estado de una partícula entre 
dos medidas – una versión cuántica del famoso problema de Einstein sobre
 cómo podemos estar seguros de si la Luna sigue ahí cuando no la estamos mirando.
 ¿Cómo saber cosas 
sobre las partículas sin hacer mediciones sobre ellas?. El TSVF 
demuestra que es posible lograr una información intermedia – haciendo 
una medida suficientemente “débil” sobre un grupo de partículas 
entrelazadas preparadas de la misma forma y calculando la media 
estadística. 
Medidas sutiles
La teoría de la medida débil – propuesta y desarrollada inicialmente por
 Aharonov y su grupo en 1988 – define que es posible medir “sutilmente” o
 “débilmente” un sistema cuántico para lograr algo de información sobre 
una propiedad (por ejemplo, posición) sin perturbar apreciablemente la propiedad complementaria (momento) y, por tanto, la evolución futura
 del sistema. Aunque la cantidad de información obtenida para cada 
medida es minúscula, un promedio de múltiples medidas nos da una 
estimación precisa de las medidas de la propiedad sin perturbar su valor
 final.
Cada medida débil puede decirte algo sobre la probabilidad de distintos 
estados (valor de espín arriba o abajo, por ejemplo) – aunque con un 
gran margen de error – sin colapsar realmente las partículas en estados 
definidos, como sucedería con una medida fuerte. “Una medida débil 
cambia el estado medido y te da información sobre el estado localizado 
resultante”, dice Elitzur. “Pero realiza ambas tareas muy débilmente, y 
el cambio que genera en el sistema es más débil que la información que 
te proporciona”. 
Como resultado, 
explica Elitzur, “cada medida débil aislada, por sí misma no te dice 
casi nada. Las medidas proporcionan un resultado fiable solo después de 
reunirlas todas. Entonces los errores se cancelan y pueden extraer algo 
de información sobre el conjunto como un todo”.
En el experimento mental de los investigadores, los resultados
 de estas medidas débiles están de acuerdo con aquellas de las 
posteriores medidas fuertes, en las que el experimentador elige 
libremente qué medida de orientación del espín medir – incluso aunque 
los estados de las partículas aún estén indeterminados tras las medidas 
débiles. Lo que esto significa, explica, es que dentro del TSVF “una 
partícula entre dos medidas posee los dos estados indicados por ambas, 
la pasada y la futura”.
La naturaleza es exigente.
El inconveniente es
 que, solo añadiendo información adicional procedente de las medidas 
fuertes, se puede revelar lo que dice la medida débil “realmente”. La 
información ya estaba allí – pero codificada y solo mostrada en 
retrospectiva. Por lo que se conserva la causalidad, incluso aunque sea 
de una forma algo distinta a como la conocemos habitualmente. El porqué 
de esta censura no está claro, salvo desde una perspectiva metafísica. 
“Se sabe que la naturaleza es exigente con todo aquello que no parece 
consistente”, dice Elitzur. “Por lo que no va a manifestar un aprecio 
por la causalidad hacia el pasado – personas matando a sus abuelos y 
todo eso”. 
 Elitzur dice que 
algunos especialistas en óptica cuántica han expresado interés en llevar
 a cabo el experimento en laboratorio, lo que cree que no debería ser 
más difícil que en anteriores estudios sobre entrelazamiento.
Charles Bennett del Centro de Investigación T J Watson de IBM en 
Yorktown Heights, Nueva York,especialista en teoría de la información 
cuántica, no está convencido. Ve el TSVF simplemente como una forma de 
observar los resultados, y cree que los hallazgos pueden interpretarse 
sin ninguna “causalidad hacia el pasado”, por lo que los autores están 
creando un hombre de paja. “Para hacer que su hombre de paja parezca más
 fuerte, usan un lenguaje que oscurece la diferencia clave entre 
comunicación y correlación”, dice. 
Informando:   http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente:    sabiens
 
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