Una investigación sugiere que existen respuestas fisiológicas que se anticipan a la conciencia.
Los resultados de la
revisión de 26 estudios sobre la respuesta fisiológica a eventos aún no
ocurridos sugieren que el cuerpo es capaz de percibir el “futuro”, sin
pistas previas. Según los autores de la investigación, esta “actividad
anticipatoria anómala” es real, pero permanece aún sin explicación.
Asimismo señalan que la
biología cuántica, una rama de la ciencia que estudia el efecto de las
partículas subatómicas en los organismos vivos, podría darle sentido.
Resultaría fantástico –y
muy útil- que nuestros cuerpos nos preparasen para eventos futuros que
pudieran resultar importantes para nosotros, incluso en ausencia de
clave o referencia alguna a dichos eventos.
¿Pero es posible tener
este tipo de presentimientos? Según investigadores de la Northwestern
University de Estados Unidos: sí. Los científicos han llegado a esta
conclusión a partir de la revisión de los resultados de 26 estudios
realizados a este respecto, y publicados entre los años 1978 y 2010.
Según informa la
Northwestern University en un comunicado, ya se sabía que nuestra mente
subconsciente a veces sabe más que nuestra mente consciente. Por
ejemplo, en mediciones fisiológicas se ha demostrado que el organismo
presenta respuestas inconscientes antes de que cierta información llegue
a nuestra conciencia.
En lo que respecta en
concreto a situaciones de peligro, en 2005 un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de Washington reveló que existe una
zona del cerebro que actúa como un sistema de alerta en caso de riesgo,
que es capaz de advertirnos, y también de aprender a detectar nuevos
peligros.
Sin pista alguna
Lo que no había quedado
claro hasta ahora, sin embargo, es “si los seres humanos tienen la
capacidad de predecir eventos importantes futuros, incluso sin ningún
tipo de pista sobre lo que va a suceder", explica Julia Mossbridge,
autora principal del estudio e investigadora del Laboratorio de
Neurociencia de la Northwestern.
Por ejemplo, se supone
que una persona que esté jugando a un videojuego en el trabajo, con los
auriculares puestos, no podrá oír a su jefe cuando este se encuentre a
la vuelta de la esquina.
"Sin embargo, nuestro
análisis sugiere que si estuviera en sintonía con su propio cuerpo, esa
persona sería capaz de detectar estos cambios anticipatorios entre dos y
10 segundos antes (de que el jefe llegue) y cerrar el videojuego a
tiempo", asegura Mossbridge.
La investigadora añade
que ese individuo tendría incluso la posibilidad “de abrir la hoja de
cálculo en la que se suponía que estaba trabajando. Y, con suerte,
hacerlo todo antes de que el jefe entre en la oficina".
Actividad anticipatoria anómala
Esta capacidad ha sido
tradicionalmente denominada “presentimiento” o “premonición", pero
Mossbridge y sus colaboradores no están seguros de que la gente sienta
realmente el futuro. Ella prefiere llamar a este fenómeno “actividad
anticipatoria anómala”.
Mossbridge añade que “el
fenómeno no es normal, según argumentan algunos científicos, porque no
puede explicarse desde nuestra comprensión actual sobre el
funcionamiento de la biología, pero otras explicaciones vinculadas a
hallazgos sobre biología cuántica (sobre cómo afecta el comportamiento
de las partículas subatómicas al mundo vivo) podrían hacer que todo esto
cobre un sentido”.
Este fenómeno “es
anticipatorio porque parece predecir modificaciones fisiológicas futuras
en respuesta a un hecho importante sin claves conocidas, y es actividad
porque consiste en cambios en los sistemas nervioso y cardiopulmonar,
así como en la piel”, concluye la científico, que está especializada en
psicología, neurociencia y psicología cognitiva.
Los resultados de esta investigación han aparecido detallados en la revista Frontiers in Percepction Science.
Otros vínculos entre lo vivo y lo cuántico
En los últimos 30 años
ha ido madurando en biología un cuerpo de teorías y de investigaciones
empíricas hacia el conocimiento de los fundamentos cuánticos de la
materia viviente.
Dentro de este campo, se
ha llegado a sugerir que la naturaleza de la física de partículas
podría explicar fenómenos como la telepatía o ciertos mecanismos de la
conciencia humana.
Asimismo, en 2010, un
equipo de físicos del Institut für Theoretische Physik, de la
Universidad de Innsbruck, en Austria, consiguió establecer una relación
entre la orientación animal y la física cuántica, en concreto, entre la
orientación y el llamado “entrelazamiento cuántico”.
Esta relación explicaría
que las vacas y otras muchas especies animales puedan orientarse en el
espacio siguiendo los campos magnéticos terrestres, es decir, tengan una
extraña capacidad conocida como “magnetorrecepción”.
En los últimos años,
otros investigadores han establecido asimismo relaciones entre la física
cuántica y la orientación de los pájaros, de las tortugas e, incluso,
de las moscas de la fruta. Además, hay quien ha señalado que la cuántica
podría explicar la fotosíntesis.
En definitiva, numerosos
biólogos con conocimientos en física cuántica se preguntan actualmente
si el desarrollo de los organismos vivos, desde que existen hace 4.500
millones de años, no se ha beneficiado de una u otra forma de la
interacción entre el mundo cuántico, llamado microscópico, y el mundo
macroscópico.
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