Un escogido grupo de científicos de todo el mundo analiza la única muestra de asteroide que una nave ha traído del espacio
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Un escogido grupo de científicos de todo
el mundo tiene la oportunidad de analizar unos pequeños trozos de roca
que apenas suponen una insignificante mota de polvo -son de 50 a 100
micras más finos aún que un cabello humano-, pero que pueden ayudar a desvelar el origen de nuestro Sistema Solar. Se trata de las muestras recogidas por la sonda japonesa Hayabusa en la superficie del Itokawa,
un lejano asteroide de unos 500 metros a 300 millones de km de
distancia. La misión fue la primera en lograr la hazaña de aterrizar en
una roca espacial, «arañar» su suelo y regresar con lo sustraído a
nuestro planeta. Aterrizó en el desierto australiano hace ya dos años
tras siete de viaje, pero las partículas todavía deben pasar por el
escrutinio de los microscopios.
El valor de estas partículas es enorme, ya que los
meteoritos que analizan los científicos habitualmente han sido expuestos
al medio ambiente terrestre y, por lo tanto, están «contaminados». Las
partículas del Itokawa son «puras», ya que llegaron en un contenedor
sellado y jamás se han expuesto, según confirmó en su día el equipo
japonés tras analizar meticulosamente la procedencia de las muestras. En
la actualidad, 70 muestras de esos 1.500 granos identificados como partículas rocosas extraterrestres han sido repartidos para su estudio por once equipos internacionales.
U. Manchester
Uno de ellos, de la Universidad de Manchester, dispone de
dos dispositivos únicos para el estudio de las muestras: los sistemas
más sensibles en el mundo para el análisis de los gases nobles xenón y
criptón. El equipo espera saber con qué rapidez y a través de qué
procesos cambia la superficie del asteroide y si las rocas como Itokawa
podrían haber entregado material a la Tierra en su historia primitiva.
Los investigadores creen que estas partículas ayudarán a conocer cómo los planetas se formaron hace más de 4.500 millones de años.
Itokawa es solo el tercer cuerpo planetario cuyas muestras han sido devueltas a la Tierra, junto a las rocas traídas de la Luna y los restos del cometa Wild 2 obtenidos por la sonda Stardust. La Genesis también atrapó partículas de viento solar.
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