El tesoro del rey salomon
El rey Salomón, probable autor de varios libros del Antiguo Testamento (como Cantares), gobernó Israel entre los años 970 y 931 a.C. Cobró fama por su sabiduría, autoridad y la contrucción del Templo de Jerusalén. En aquellos días la marina mercante se encontraba en su apogeo y la flota de Israel comerciaba variados artículos con culturas y reinos cercanos y distantes. Se supone que con muchas de las riquezas llegadas de Oriente cobró forma el tesoro de Salomón, uno de los más célebres de la antigüedad. El monarca poseía, entre otros objetos, copas de oro, un trono de marfil con incrustaciones y toda suerte de piedras preciosas, como puede leerse en el libro de los Reyes de la Biblia, donde se afirma que "sobrepujó a todos los reyes de la Tierra en riqueza y sabiduría". Al parecer ese tesoro se custodiaba ene l Templo de Jerusalén, donde también se hallaba el Arca de la Alianza, el receptáculo que guardaba las tablas de piedra donde Moisés tomó el dictado de los Diez Mandamientos.
Tras la muerte de Salomón el templo fue profanado por invaciones y en 587 destruido por Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Fue reconstruido y restaurado, pero los romanos acabaron con él en el año 70 d.C. En ese hecho el tesoro de Salomón se perdió, sus objetos fueron a dar a Roma y se almacenaron en diversos templos y palacios imperiales. Algunas leyendas aseguran que fue a dar a manos de los famosos templarios, o que incluso fue el tesoro de Rennes-le-Chateu. Lo último que en realidad se supó de él fue su presencia en Roma, como lo refiere el investigador David C. Gross, autor del libro The Jewish People´s Almanac, mi fuente bibliográfica.
El tesoro del capitán Cook
James Cook (1728-1779) fue un importantísimo explorador y cartógrafo británico, pionero en el reconocimiento y estudio de las islas del Pacífico. Falleció durante una de sus expediciónes a Hawái, cuando tomó de rehén al rey Kalaniopu y los nativos lo asesinaron para después devorar sus restos en una escena tan desagradable. Se sabe que los indígenas se apoderaron de su barco, lo saquearon y se apropiaron de todos los objetos guardados en él para entregarlos a su rey. Muchos de éstos no eran en verdad bienes valiosos, sino más bien cosas comúnes pero desconocidas para los indígenas, que les atribuían poderes mágicos. De acuerdo con la leyenda, el rey les ordenó que los objetos fueran enterrados en la isla de Kauai para evitar que acarrearan algún maleficio. En la misma isla fueron sepultadas las propiedades de varias generaciones de expedicionarios blancos abatidos por los nativos.
El capitán Cook fue asesinado y deborado por indígenas hawaianos.
Aunque sin lugar a duda, es posible que en esas regiones se conserven genuinos tesoros arqueológicos de valor histórico, los mayores expertos en la vida y expediciones del capitám Cook, como la historiadora Maria Nugent, autora del volúmen Captain Cook was Here (Cambridge University Press, 2009), sostienen que las leyendas referentes a las riquezas del capitán que fueron sepultadas en Hawái son resultado de ficciones construidas por los actuales indígenas nativos de esa región.
El tesoro de Moctezuma
Una de las leyendas más arraigadas al imaginario mexicano se refiere a un supuesto tesoro de Moctezuma II, asesinado por la población de México-Tenochtitlan el 29 de junio de 1512, Las versiones más investigadas por los historiadores sostienen que ese conjunto de riquezas eran los presentes que el emperador le había obsequiado a Hernán cortés. De acuerdo con el cronista Bernal Diaz del Castillo, entre éstas figuraban piezas de plata y oro macizo, tiaras, mitras y penachos con piedras preciosas. Según el ensayo El tesoro de Moctezuma, publicado en la revista Cuadernos Americanos (No. 539-540), todos se inventariaron y fueron trasladados a España.
Otra corriente refiere cuatro posibles historias sobre lo que ocurrió con esas riquezas. La primera sostiene que durante "la noche triste", cuando los españoles se creían perdidos, arrojaron los objetos a un lago cercano. La segunda señala que el barco que los tranportaba fue hundido por los piratas. La tercera dice que el tesoro fue embarcado a España en 1522, pero en las cercanías de los Azores el pirata Jean Florin se apoderó de él y lo entregó al rey de Francia. La cuarta historia asegura que un de los expedicionarios de Cortés, Juan Grau, se casó con una hija de Moctezuma, quien guardaba el tesoro. Ambos se instalaron en Toleriu, España, y enterraron las riquezas en su propiedad.
El tesoro de Dachau
La dictadura de Adolf Hitler se caracterizó por sus grandes abusos contra la población de todas las naciones europeas que su ejército ocupaba. Si bien el extremo fue exterminio masivo de Judíos, gitanos, discapacitados, testigos de Jehová, homosexuales, negros y demás grupos, hubo hechos muy sinificativos, como el saquéo de obras de arte, joyas y riquezas materiales. Hay, al menos, cinco historias sobre diversos tesoros nazis obtenidos de ese modo; una de ella refiere la existencia de dos toneladas de oro y decenas de obras de arte en la bóveda de una mina de Deutschendorf, Alemania. Otra cuenta que un submarino nazi trasladó varias cajas con oro, plata y moneda extrangera de las islas de Auckland.
El relato más conocido es el del llamado "tesoro de Dachau". Según dicen que estaba integrado por joyas, dinero, objetos de oro, plata y obras de arte que los nazis expropiaron a los judíos que recluyeron en el campo de concentración de ese nombre. En 1952 un antiguo oficial de la SS, sometido a juicio, reveló al doctor austriaco Wilhelm Gross la existencia de ese enorme botín que él y los compañeros de su unidad habían robado por su cuenta y escondido en el lago Luner (o en alemán, Lunersee) de los Alpes austriacos. En 1952, Gross relató la historia al exporador Edward Greger y ambos planearon una expedición.
Gross desapareció misteriosamente antes de realizarla, pero Greger la llevó a cabo por su cuenta sin obtener ningun resultado.
La sala de ámbar
Entre 1701 y 1709 un grupo de artesanos alemanes crearon un prodigio de las artes decorativas; un salón adornado con espejos, paneles de ámbar y hojas de oro, realizado en Prusia e instalado en el Palacio de Charlottenburg, propiedad del emperador Federico Guillermo I. En 1716 éste mismo se lo entregó a su aliado, el zar Pedro el Greande, de Rusia. La zarina Isabel de Rusia lo hizo instalar primero en el Palacio de invierno y luego en el Palacio de Catalina. Bartolomeo de Rastelli, el arquitecto italiano de la corte, hizo algunos ajustes al diseño del saló´n; el resultado fue sorprendente, media 55 metros cuadrados y contenía casi seis toneladas de ámbar.
Así permaneció dos Siglos más. Durante la Segunda Guerra Mundial, ante el avance de los alemanes, se ordenó reunir todos los tesoros artísticos de Leningrado para protegerlos del pilaje. Se dispuso a desmantelar el salón de ámbar, pero los especialista hallaron que el material se había vuelto frágil y quebradizo, así optaron por ocultarlo con papel tapiz. Los nazis lo descubreron y lo demsontaron; los paneles fueron transportados a Alemania y exhibidos en el Castillo de Könisberg. El destino de ese tesoro se perdió en el misterio y, con excepción de algunas secciones, nunca fue vuelto a ver.
En la posguerra las autoridades ordenaron una gran busqueda, pero desafortunadamente no tuvieron ningun éxito. Lo más probable es que haya sido destruido cuando los rusos entraron a Könisberg e incendiaron el castillo.
El tesoro de Pancho Villa
En torno a la Revolución Mexicana de 1910 se han tejidodistintas historias de tesoros escondidos bajo fincas y haciendas por los ricos latifundistas intimidados por los revolucionarios. Una de ellas involucra al célebre Pancho -villa, jefe de la Divición del Norte. En su época de gloria, hacía 1914, Villa y sus hombres se hicieron famosos por los saqueos indiscriminados que realizaban en casa y haciendas para repartir los bienes entre los peones pobres y necesitados. Aunque otras versiones no comprobadas (sita y fuente al final del texto) dicen que Villa no repartió todo lo que obtuvo; acumuló objetos valiosos y monedas de oroy, con la ayuda de sus hombres, los escondió en algún punto de la Sierra Madre Occidental. Al parecer Pancho les ordenó cavar fosos para sepultar el tesoro y allí mismo los mató a balazos para que no revelaran el escondite -como un verdadero pirata-.
En una etapa posterior, la situación del país se tranquilizó y el presidente Huerta llegó a un acuerdo de paz con Villa, quien disolvió su ejército y se retiró a la Hacienda de Al Cautillo, en Durango.
Se cuenta que Villa realizaba viajes frecuentes al escondite para proveerse de recursos, pero el lugar quedó ene l misterio después del 20 de julio de 1923, cuando el caudillo fue asesinado en una emboscada planeada por Álvaro Obregón. La leyenda dio lugar a dos películas estadounidenses y en varios libros haciendola, no sólo una leyenda, sino una historia de la cual, el tesoro sigue desaparecido.
El tesoro de los cátaros
En el siglo X, en Languedoc, al sur de Francia, cobró forma una corriente religiosa gnóstica pero cercana a la fe cristiana. Los cátaros o albigenses defendian creencias procedentes del Medio Oriente, como la dualidad creadora Dios-Satanás y la salvación a través del ascetismo. Ganaron influencia en Occitania y obtuvieron el apoyo de los nobles de la región. A partir de 1147 la iglesia inició un movimiento pacífico para detener el avance de esta "herejía"; no tuvo éxito, así en 1207 comenzó una Cruzada impulsada por el pontífice Inocencio III y apoyada por los nobles del norte de Frencia, deseosos de apoderase de las tierras de los cátaros.
Para 1243 el último reducto cátaro era fortaleza de Montsegur, en lo alto de una montaña de los Pirineos franceses. Permanecían allí quinientos cátaros, sitiados por veinte mil enemigos. Se supone que recibian víveres por una red de pasadizos ocultos y que antes de su derrota los utilizaron para sacar de allí su mayor tesoro, el Santo Grial, que estaba bajo su custodia. Otra versión asegura que cuatro cátaros se descolgaron en secreto de la fortaleza para ponerlo a salvo.
Fuente: taringa
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