Las últimas imágenes muestran importantes cambios en la roca espacial, que puede convertirse en la más impresionante del siglo
Waldemar Skorupa (Kahler Asten)
El cometa Ison, que podría convertirse en uno de los más espectaculares de la historia,
ya tiene un aspecto impresionante. Las fotografías tomadas por
astrónomos y aficionados de todo el mundo durante los últimos días
muestran una roca completamente activa, muy brillante. No hay duda de
que ya ha despertado, y lo ha hecho con muchas ganas.
Es cierto que Ison
ya puede ser observado a simple vista, pero por supuesto uno no puede
esperar verlo como en las imágenes que acompañan estas líneas,
facilitadas por la Campaña de Observación del Cometa Ison de la NASA.
Estas fotos se toman con equipos especializados, potentes telescopios y
años de experiencia en el procesamiento de imágenes astronómicas. La
mayoría de los observadores visuales ( incluyendo los que utilizan
prismáticos) observan una especie de «bola de pelusa verde» con una cola muy tenue.
Faltan apenas diez días para el perihelio, el máximo
acercamiento al Sol del cometa, así que la roca pronto desaparecerá
hacia el resplandor del Sol. Durante este tiempo, una armada de
satélites solares, incluidos el SDO de la NASA y los STEREO y el SOHO de
la ESA/NASA, seguirán su trayectoria. Esta será la parte más peligrosa
del viaje del cometa Ison a través del Sistema solar. En ese punto
podría quedarse «frito» por la intensa radiación solar, o destrozado por
la extraordinaria fuerza gravitacional del Sol. Pero también podría
ocurrir lo contrario, y que Ison sobreviva de un sola pieza. Si eso
ocurre, podría convertirse en un espectáculo para cortar la respiración,
tan brillante como la Luna llena e incluso visible en pleno día. Pero
eso, de momento, nadie puede saberlo.
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