Un mapa nocturno de la Tierra realizado por un satélite muestra una gran cantidad de luces completamente inesperadas a unos 300 km de la costa de Argentina, donde no debería haber nada. Ahora tenemos la explicación
NASA Earth Observatory/NOAA National Geophysical Data Center
En diciembre de 2012, el Centro Nacional de Datos Geofísicos de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera de EE.UU. (NOAA) y el Observatorio Terrestre de la NASA dieron a conocer un nuevo mapa de la Tierra tal y como aparece de noche.
Elaborado con los datos del satélite Suomi NPP, este mapa de luces
nocturnas ofrecía una claridad y una resolución sin precedentes, y mucha
más sensibilidad a la luz.
Tanta, que el resultado ofreció más de una sorpresa. Por
ejemplo, el satélite detectó una gran cantidad de actividad humana en
medio de los campos rurales de gas natural en Dakota del Norte (EE.UU.),
una gran cantidad de luces en Australia Occidental, donde se creía que
no debía de haber ninguna y, sobre todo, encontró algo muy raro en la
costa de Argentina: una «ciudad de luz»
aparecía en el medio del Océano Atlántico Sur, entre 300 y 500
kilómetros mar adentro. No existen asentamientos humanos en ese lugar,
ni incendios ni pozos de gas. ¿Qué era entonces esa especie de visión
lumínica triangular?
Ninguna similitud con el triángulo de las Bermudas ni nada
de índole paranormal, por mucho que a algunos les guste hacer volar su
imaginación. Se trata de barcos de pesca en alta mar, iluminados en la noche,
que se agrupan a lo largo de líneas invisibles: el borde submarino de
la plataforma continental, la corriente de las Malvinas rica en
nutrientes, y los límites de las zonas económicas exclusivas de
Argentina y las Islas Malvinas, donde los barcos de otros países no
pueden pescar.
Esos pescadores nocturnos están a la caza del Illex argentinus, una especie de calamar de
aleta corta, el segundo más pescado en el planeta. El calamar se
encuentra a lo largo de decenas de cientos de kilómetros desde la costa
de Río de Janeiro hasta Tierra del Fuego. Viven de 80 a 600 metros bajo
la superficie, se alimentan de camarones, cangrejos y peces y, a su vez,
sirven de merienda a los peces más grandes, ballenas, focas, aves
marinas, pingüinos... y, claro, a los seres humanos .
Potentes focos en el agua
El calamar se concentra en esa zona porque hay una gran
cantidad de fitoplancton, una «hierba del mar» de la que se alimentan el
zooplancton y los peces, que luego se convierten en alimento para el
Illex argentinus y otras criaturas marinas. Al trabajar en estas áreas,
los pescadores iluminan el océano con potentes lámparas que atraen el
plancton y los peces. El calamar sigue a sus presas hacia la superficie,
donde son más fáciles de pescar. Los barcos pueden llevar más de un
centenar de estas lámparas y generar hasta 300 kilovatios de luz por barco.
Oficialmente, unos 100 barcos reciben permisos cada año
para trabajar la pesquería del calamar, pero las imágenes de satélite
indican que hay muchos más en la zona. «Las imágenes de satélite son una
herramienta para comprender lo que está sucediendo con la pesca,
especialmente en aguas internacionales», afirma Ezequiel Cozzolino del
Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero en Argentina.
La explicación a este enigma puede que decepcione a los
aficionados a las historias de misterio, pero ciertamente puede ser muy
útil para saber qué ocurre en realidad con la pesca en ese lugar del
mundo y, como es habitual, demuestra que las teorías extrañas tienen
menos consistencia que un puntito de luz.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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