La Isla de Pascua en idioma rapanui: Rapa Nui, es una isla de Chile ubicada en la Polinesia, en medio del Océano Pacífico.
Tiene una superficie de 163,6 km², lo que la convierte en la mayor de
las islas del Chile insular y una población de 3.791 habitantes,
concentrados principalmente en Hanga Roa, la capital y único poblado
existente.
Cientos de estatuas gigantescas —algunas erguidas sobre plataformas de
piedra, otras enterradas o rotas sobre el suelo— dominan el horizonte de
una remota isla de Polinesia de sólo 163 km2 de superficie: la Isla de
Pascua, así llamada porque los europeos la descubrieron el día de Pascua
de 1722.
Hay
unas 1000 estatuas en toda la isla, las cuales miden desde 1 m hasta 21
m de altura y al parecer son efigies de guerreros o de antepasados muy
antiguos de sus constructores, estas son las llamadas moais.
Las estatuas fueron labradas en toba, piedra formada por cenizas
volcánicas arrojadas alguna vez por el pico Rano Raraku, situado en el
este de la isla. Algunas tienen un enorme coronamiento labrado en una
piedra llamada escoria roja; el más grande mide 1.8 m de altura por 2.4 m
de ancho y pesa 11.5 toneladas, pero la mayoría de ellos son mucho más
pequeños.
Fueron
extraídos del Punapau, pico volcánico ubicado en el suroeste de la
isla. A medio camino enterrado hasta el pecho en una ladera del Rano
Raraku, esta un Moái, como muchos otros, que nunca llegó al santuario de
destino.
Labrado en la cantera, fue deslizado por la ladera hasta un foso para terminar de labrarlo, pero allí se quedó para siempre.
Hay también allí 394 estatuas en diversas etapas de elaboración: algunas
no son más que bosquejos trazados en la superficie de la roca; otras
están casiterminadas y a punto de desprenderse de la cantera.
Otras más yacen tiradas, y algunas se apoyan de costado en grietas de la
roca. En las canteras de Rano Raraku todavía pueden hallarse
herramientas abandonadas que los habitantes de la Isla de Pascua llaman
toki: azuelas y ciertas hachas de basalto, piedra volcánica oscura que
se encuentra entre la toba, más blanda.
Ninguna investigación científica ha logrado revelar el misterio que
rodea a los “Moais”, singulares gigantes de piedra de 23 metros de
altura y 80 toneladas de peso, que asombran a los turistas que visitan
esta exótica región chilena del Océano Pacífico.
¿Quién los construyó? ¿Cómo fueron trasladados? ¿Qué representan estas enigmáticas figuras?
Los antiguos pobladores de la isla de Pascua o también conocida como
Rapa Nui, comenzaron a construir los moais obsesivamente, no sabemos qué
fue lo que les motivo a construir tales estatuas de manera obsesiva,
tal vez querían llamar la atención de sus dioses ancestrales para que
volvieran, pero se tiene constancia que toda la isla de Pascua era un
paraíso lleno de bosques, aves y demás animales, haciendo de esta isla
una maravilla autosuficiente para cualquier civilización que hubiera
albergado.
Sin embargo el significado de los moais es aún incierto, y hay varias teorías en torno a estas estatuas.
La más común de ellas es que las estatuas fueron talladas por los
habitantes polinesios de las islas, entre los siglos XII y XVII, como
representaciones de antepasados difuntos, de manera que proyectaran su
mana (podersobrenatural) sobre sus descendientes.
Debían
situarse sobre los ahus o plataformas ceremoniales, con sus rostros
hacia el interior de la isla y tras encajarles unos ojos de coral o roca
volcánica roja se convertían en el aringa ora (rostro vivo) de un
ancestro.
Pero
los como afirman los teóricos de los antiguos astronautas estas
especulaciones son infundadas, ya que existe evidencia en las
tradiciones orales de la población, que sus dioses venidos del cielo
intervinieron con tecnología anti gravitatoria y sónica en el traslado
de esas gigantescas moles de piedra.
Según los datos arqueológicos, la cultura que se desarrolló en Isla de
Pascua tuvo su origen en las migraciones que desde el sudeste de Asia
poblaron varios miles de años atrás esta parte del Pacífico, salpicada
de islas.
De
acuerdo con la tradición, la historia de esta cultura comenzó cuando un
grupo de expertos marinos, en dos grandes canoas de madera, y con casi
un centenar de hombres y mujeres, arribaron desde las Islas Marquesas a
la playa de Anakena, llamando a la isla, situada a 3700 km. de América,
Te Pito O Te Henúa u “ombligo del mundo”.
Según el mito, este primer grupo colonizador fue encabezado por el ariki
o rey Hotu Matu’a, acompañado por su familia y aliados.
La emigración había sido motivada por catástrofes ambientales (el diluvio y el holocausto) ocurridas en la tierra ancestral.
En este pequeño y aislado territorio de apenas 166 kilómetros cuadrados,
él y su grupo de acompañantes comenzaron un desarrollo independiente y
más espectacular que el de la culturamaterna.
El grupo fundador incluía sacerdotes, que manejaban la astronomía y la
escritura jeroglífica -rongo rongo-, así como guerreros y artesanos.
Este
grupo replicó la concepción polinésica de la sociedad, que consideraba a
los jefes como descendientes directos de los dioses (híbridos
genéticos), con poderes sobrenaturales –mana-, y protegidos por una
serie de reglas –tapu (sociedades secretas)- que los mantenían con
varios privilegios en la cúspide de la jerarquía social.
Con dicho poder ordenaron el mundo e introdujeron la agricultura de
plantas tropicales como el taro, el ñame, plátano, camote, entre otros, y
animales domésticos como la gallina.
Hicieron
uso de los bosques de toromiro y palmeras, y de las canteras de rocas
volcánicas existentes en el lugar. Recolectaron o pescaron productos del
mar que los rodeaba.
Para la explotación de estos recursos, las tierras fueron repartidas
entre los descendientes (linaje generacional de híbridos reales o
semidioses) del primer rey en forma de franjas que abarcaban desde la
costa hasta el interior.
En los sectores costeros levantaron centros ceremoniales -ahu-, donde
instalaron grandes esculturas llamadas Moái, que representaban a los
ancestros fundadores de los linajes.
Las
estatuas más clásicas se comenzaron a elaborar alrededor del 1000 d.C.,
alcanzando algunas de ellas dimensiones megalíticas de casi 10 m de
alto y 85 toneladas de peso.
En torno a ellos, los ariki celebraban las grandes ceremonias y fiestas
de redistribución de recursos, aunque otros investigadores creen que son
de data mucho más antigua en miles de años.
El aumento demográfico y una explotación sobredimensionada de los
suelos, condujeron a un estrés ambiental que erosionó las tierras y
produjo una falta generalizada de alimentos.
A
raíz de ello, desde el 1600 d.C. se sucedieron cruentas guerras
tribales que incluyeron el canibalismo como rito, dejando a la población
dividida en dos fracciones y casi al borde de la desaparición.
La mayor expresión del conflicto fue la destrucción de los Moái.
Para revertir el proceso, se debió recurrir a un cambio en la
organización social y las estrategias productivas usadas para su
conservación, amparado en una nueva religión que ya no valoraba el
origen divino de algunos hombres, sino el poder dado a éstos por el dios
(extraterrestre) creador Make Make en las ceremonias del hombre-pájaro o
Tangata Manu.
Se
dio paso a un desarrollo más cuidadoso de la economía, que concentró
los cultivos, -que antes se hacían en planicies y terrazas-, en
verdaderos refugios, para evitar la erosión.
Tal proceso y la sociedad fueron ahora dirigidos por los guerreros de
cada grupo –matatoa (híbridos reales)-, que se intercambiaban el poder
anualmente en las ceremonias del hombre-pájaro (nave espacial de la
deidad).
En septiembre de cada año se reunía la gente en la aldea ceremonial de
Orongo, el nuevo y único centro político, donde los postulantes de cada
grupo disputaban el cargo otorgado al jefe de quien volviera con el
huevo del ave migratoria manutara, que llegaba en esas fechas a anidar
en los islotes que se ubican frente al cráter de Rano Kau (lugar del
aterrizaje).
De acuerdo a ello, el ganador elegido asumía un carácter sagrado,
debiendo vivir solo y aislado; mientras su grupo adquiría un poder
despótico sobre el resto de la población, que incluía sacrificios
humanos a los dioses para así augurar el bienestar durante todo el año.
A la larga, dichas prácticas renovaron constantemente las hostilidades
entre los grupos, produciendo un clima de permanente violencia y crisis
social.
Los
métodos de construcción de estas enormes figuras aún son un complejo e
interesantísimo misterio, ya que algunas de éstas llegan a superar un
peso de más de 80 toneladas.
Se estima que los Moais fueron construidos por los nativos de la isla
entre los años 1100 y 1800 aunque pudo haber sido miles de años atrás,
siendo también destruidos y derrumbados por ellos mismos en forma
posterior,
¿Por qué?
Estas esculturas, construidas en piedra volcánica, varían en forma y
tamaño, habiendo algunas que alcanzan los 10 metros de altura.
Un
dato curioso sobre estas construcciones megalíticas es que todas las
cabezas, a excepción de 7 de ellas, están mirando hacia el interior de
la isla. Aunque durante mucho tiempo se creyó que los Moais eran sólo
cabezas, nuevas luces se arrojaron sobre este hecho.
Hace algunos años que comenzaron las excavaciones y hoy en día podemos
apreciar que los Moais no solo cuentan con una gran cabeza sino también
con un cuerpo bien detallado y definido, siendo éste un gran hallazgo
arqueológico que ha querido ser ocultado.
Además, también se han encontrado diseños petroglifos tallados detrás de los gigantescos monumentos.
No obstante, alrededor de ellos también se han logrado recolectar más de
500 utensilios utilizados para su construcción, en este sentido los
teóricos de los antiguos astronautas sugieren que la precisión y
simetría geométrica manifiesta en los moais no se logra con esas
herramientas rudimentarias, sino con algún tipo de tecnología de
precisión empleada por los dioses alienígenas del pasado.
Un
hallazgo interesante sobre las esculturas es que se han encontrado
varios cuerpos sepultados cerca de algunos Moais, junto a algunos otros
objetos que solían ser utilizados para adornar estos enormes
monumentos.
Entre
otras cosas, se supone que las estatuas se habrían hundido en el suelo
de la isla tras más de 500 años de erosión. Las investigaciones se
desarrollaron a cargo de un grupo de científicos del Instituto
Arqueológico de Cotsen de la Universidad de California, Los Ángeles,
desde donde se hizo hincapié en el hecho de que la comunidad científica
está al tanto de los torsos y los cuerpos completos de los Moaisdesde
algunas de las primeras excavaciones, en el año 1948 (y se había
mantenido en secreto por la ciencia y la arqueología oficial).
Poco se había hablado al respecto y la información gráfica que la gente
suele adquirir a partir de las populares fotografías que siempre vemos
acerca de este lugar y de estas estatuas es lo que ha generado la
confusión y ha llamado la atención de millones de personas en el mundo
por el simple hecho de que ahora, ven las fotografías de los moais con
su cuerpo entero (¿será que está llegando el tiempo en el que debamos
comprender el significado de los moais?).
Desconcierta a científicos e investigadores convencionales determinar
cómo fueron trasladados estos gigantes de piedra hasta situarlos en las
posiciones en que han sido encontrados, considerando sus 80 toneladas de
peso y sus 23 metros de altura.
¿Cómo lo hicieron?
He
aquí todo un enigma por descifrar y que hasta el día de hoy inquieta a
arqueólogos e investigadores. Estos colosos de piedra fueron movidos en
más de 16 kilómetros con métodos muy precarios, pero muy efectivos.
Una curiosa teoría, la de los que apoyan la teoría de los astronautas
ancestrales, señala que seres extraterrestres podrían haber colaborado
en la instalación de estas gigantescas figuras en los lugares precisos,
debido a la simetría que guardan entre sí, con tecnologías aún
desconocidas por la humanidad de hoy en día.
Misteriosamente se señala al año 1680 como el abrupto fin de esta gigantesca y peculiar empresa.
Se habla que, presumiblemente, una catástrofe habría paralizado sus
obras y aniquilado a sus creadores. Según se puede deducir en algún
momento de la historia la obsesivas ganas de construir las estatuas les
hizo tener que talar todos los bosques con lo que se provocó un enorme
desastre ecológico, cuando las aves se marcharon y los animales no se
reproducían por la escasez de alimentos, todo el hábitat de la isla se
consumió llevando a los pobladores de la isla de Rapa Nui a la escasez
de alimentos, lo que provocó disputas entre las tribus de la isla
incluso se cree que pudieron llegar al canibalismo, aunque los teóricos
de los antiguos astronautas afirman que esta isla de origen volcánico
nunca tuvo arboles madereros, ni paisajes exuberantes con suelos
fértiles en la antigüedad.
La
situación dispersa de las estatuas hace pensar que en el momento de ser
abandonadas pudieron estar siendo trasladadas a alguna aldea de un lado
a otro de la isla, sorprendiéndoles una guerra entre sus dioses o una
abducción masiva en medio del traslado, por lo que se quedaron
abandonadas, y los siglos, las lluvias y los sedimentos hicieron el
resto tapando parte de las estatuas, dejando tan solo la parte de la
cabeza al descubierto.
Se tiene constancia que para construir estos “monumentos” aparte de
acabar con todos los árboles, se llegó a remover montañas enteras para
la sacar los bloques de piedra que luego debieron de ser minuciosamente
tallados, con lo que el mas mínimo error pudo significar tener que sacar
un nuevo bloque de piedra, por este motivo se cree que la geografía de
toda la isla de pascua fue brutalmente alterada, por lo tanto, no es la
misma que antes de que se tallaran los moáis; entonces ¿cómo pudieron
remover montañas enteras con esos rudimentarios utensilios de piedra?
Acaso con tecnología anti gravedad o energía punto cero?
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente:
despiertaalfuturo
Parece que muchas son las teorias pero lo que realmente le falta a estos investigadores es una estadía a la isla, donde mucho de lo que se afirma serpa de inmediato desmentido. Es cierto que la isla posee unos fuertes campos magneticos en algunos puntos, muy facíl de comprobar con una simple brujula, pero mucho de lo que se clasifica como misterio irresuelto es desinformación, ignorancia, y una parte mantener el misterio para que se conserve ese atractivo que llama a millones de turistas de todo el mundo a visitar la isla y generar muchas ganancias.
ResponderEliminarLo que es bien noto a los habitantes de la isla, queda un misterio para los demás.
En la isla hay un único canter para los moai (porfavor nunca poner la "s" como en español para el plural! es como agregar una "s" a las palabras en ingles: los moai y los ahu): el volcan Rano Raraku, y otro para los copricapo "pukao": el Puna Pau. Así que no se puede decir que movieron montañas en algún momento.
Otra afermación es que los moai son todos simetricos. Es suficiente una mirada de cerca para ver que cada uno es distinto en su forma similar, diferentes en tamaño, forma de la cabeza y del rostro. Además en todos son visibles los marcos debidos al tallado.
El territorio de la isla presenta aún hoy trazas que van desde la cantera, como rieles, visibles en el lugar.
La agricultura y los animales y plantas presentes fueron introducidos por los polinesicos, probado por la genetica del pollo (se trata del pollo polinesico) y de los ratones, también parte importante en la alimentación.
Se podría seguir de esta forma, pero lo mas interesante es invitar a estos investigadores del misterios a una visita a Rapa Nui.
Iorana!