Las primeras evidencias de un «flujo oscuro» alientan la teoría de que otros universos podrían estar «tirando» del nuestro. Las anomalías que mostraban los datos obtenidos por el telescopio Planck permiten que los científicos proclamen la existencia de «multiversos»
NASA
¿Es nuestro universo simplemente uno entre millones? La primera prueba de que existe un número indeterminado de “multiversos” acaba de ser anunciada gracias a un mapa cósmico que recoge los datos de la radiación de fondo conseguidos por el telescopio Planck. Se trata de la primera evidencia contundente de la existencia de otros universos,
y ha sido proclamada por un equipo de cosmólogos que estudiaban los
datos conseguidos por el Planck el pasado mes de junio. La conclusión
más sorprendente del estudio es que algunas de las anomalías detectadas
sólo podían estar ocasionadas por la fuerza gravitacional de otros universos.
“Este tipo de ideas pueden sonar algo absurdas en este
instante, justamente como sucedió con la teoría del Big Bang hace tres
generaciones –explica George Efstathiou, profesor de Astrofísica en la
Universidad de Cambridge-. Pero ahora tenemos una serie de evidencias
que han cambiado el modo en que teorizamos sobre el universo”.
Los científicos habían predicho que los datos conseguidos
podían ser un fiel reflejo de la distribución de la radiación, pero el
mapa muestra una fuerte concentración en la mitad sur del cielo y un ‘punto frío' (‘cold
spot’) que no puede ser explicado con las leyes actuales de la física.
Los científicos Laura Mersini-Houghton, física teórica en la Universidad
de Carolina del Norte en Chapel Hill, y Richard Holman, profesor en la
Carnegie Mellon University, predijeron la existencia de esas anomalías
en la radiación en el año 2005 y las achacaron al “tirón” gravitatorio
de otros universos.
La Doctora Mersini-Houghton considera que su hipótesis ha
sido probada por los datos del Planck, que a su vez han sido utilizados
para crear un mapa de la luz del universo desde hace 380.000 años.
“Estas anomalías fueron causadas por la fuerza de otros universos y se
crearon durante el Big Bang –explica-. Se trata de las primeras
evidencias contundentes de la existencia de otros universos que hemos
podido ver”.
Como matiza en su blog 'Not Even Wrong' el matemático de la Universidad de Columbia Peter Woit, durante años se había especulado con la posibilidad de que existieran “multiversos”., “pero
todos esperábamos que los datos del Planck despejaran cualquier duda al
respecto. Pero cuando se dieron a conocer los datos –continúa- sólo un
artículo en New Scientist se preguntaba sobre el flujo oscuro (dark flow)
y afirmaba que si no existía este flujo, no era preciso buscar
explicaciones más exóticas, tales como la existencia de más universos”.
El flujo oscuro
El ‘flujo oscuro’ es un elemento de controversia científica
porque la distribución de la materia en el universo observado no lo
incluye. Su existencia sugiere que hay alguna estructura más allá del
universo visible, o lejos de nuestro horizonte, que está tirando de la
materia de nuestro vecindario. Así, los científicos están encontrando movimientos muy extraños en los límites del universo conocido, con una amplia franja de agrupaciones galácticas que parecen ir rumbo a un ‘punto caliente’ cósmico, aunque nadie sabe la razón por la que esto está sucediendo así.
Los cosmólogos miran a las microondas de fondo –el primer
flash de luz emitido por el universo, 380.000 años después de su
formación - como el último punto de referencia cósmico, la frontera más
allá de la cual no podemos ver nada más. Pero en esas microondas
primordiales no debería de existir una dirección de preferencia. A pesar
de esta “imposibilidad” teórica, un estudio de 2010 logró rastrear el
misterioso ‘flujo oscuro’ cósmico, y lo situó en el doble de la
distancia que originalmente se había previsto. “No es algo que
esperáramos encontrar a corto plazo, pero tampoco podíamos olvidarnos de
ello -confirma el científico de la NASA Alexander Kashlinsky, que
estuvo al cargo de esta investigación-. Y comprobamos que persiste en
distancia mucho mayores, tanto como 2.500 millones de años luz más
lejos”.
El ‘flujo oscuro’ describe un posible componente no
aleatorio de la peculiar velocidad de las agrupaciones de galaxias. La
velocidad medida actualmente es la suma de la velocidad predicha por la
Ley de Hubble más un pequeño e inexplicable (u oscuro) flujo de
velocidad en una dirección común. De acuerdo con los modelos
cosmológicos estandarizados, el movimiento de las agrupaciones de
galaxias con respecto a las microondas cósmicas de fondo debería de
estar aleatoriamente distribuido en todas las direcciones. Pero no es
así.
Un movimiento coherente y extraño
Analizando los datos de tres años de mediciones, los autores del estudio encontraron evidencias de un movimiento “sorprendentemente coherente” de
entre 600 y 1.000 kilómetros por segundo de un flujo de agrupaciones a
lo largo de una franja de 20 grados del cielo hacia las constelaciones
de Centaurus y Vela. Las agrupaciones parecían estarse moviendo a lo
largo de una línea que se extendía desde nuestro sistema solar hacia
Centaururs/Hydra, pero la dirección de este movimiento es menos cierta.
La evidencia indica que las agrupaciones se dirigían más bien hacia el
exterior a lo largo de esta franja, alejándose de la Tierra, aunque el
equipo no pudo descartar el flujo opuesto.
“Detectamos el movimiento a lo largo de ese eje, pero ahora
nuestros datos no pueden afirmar con tanta contundencia como nos
gustaría si las agrupaciones iban o venían”, explica Kashlinsky. El
movimiento sin explicación afecta a cientos de millones de estrellas
desplazándose en dirección a una cierta región del cielo y a una
velocidad superior a los ochocientos kilómetros por segundo. No es una
velocidad alta en términos cósmicos, pero la existencia de una dirección
de preferencia si pone algo en evidencia: la mayoría de los modelos
cosmológicos cuentan con objetos moviéndose en todas las direcciones
posibles en los límites más extremos del universo. Sin embargo, que
exista algo capaz de hacer que los objetos apunten hacia un mismo punto
de forma tan masiva era una posibilidad que nunca antes se había
imaginado. Siguiendo la estrategia de los astrofísicos, los científicos
se están manteniendo en la posición de llamar a cualquier cosa que no
entienden “oscuro”, de ahí el raro nombre de ‘flujo oscuro’.
Un agujero negro no puede explicar este movimiento, porque
los objetos se aceleran dentro de él, pero los científicos de la NASA
han detectado este movimiento constante a lo largo de una vasta
extensión de miles de millones de años luz.
Los datos obtenidos abren un amplio abanico de
posibilidades científicas. Lo más probable es que nuestro universo
experimentara una fase de hiperinflacción en
su momento más temprano y que lo que siempre hemos considerado que era
el universo infinito, apenas sea una pequeña porción de él.
Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente: ABC
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