El CERN confirma que estas partículas subatómicas no viajan más rápido que la luz. Los científicos creen que un fallo en los cables de fibra óptica dio los primeros resultados contra las leyes de la Física
Archivo
Parece que ya no quedan dudas. El que podría haber sido uno de los mayores descubrimientos de la Física de todos los tiempos se ha quedado sin respaldo. El Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) ha confirmado que los neutrinos no se desplazan más rápido que la luz.
Los investigadores creen que el experimento Opera, el que detectó en
septiembre las partículas subatómicas superveloces y revolucionó el
mundo científico, simplemente sufrió un fallo en el sistema de cableado de fibra óptica.
Los resultados han sido dados a conocer en la Conferencia Internacional
de Física y Astrofísica de Neutrinos que se celebra este viernes en
Kioto (Japón).
El
director de investigación del CERN, Sergio Bertolucci, presentó estas
conclusiones en nombre de los cuatro experimentos situados en el Gran
Sasso. Los cuatro detectores, Borexino, Icaro, LVD y Opera, han medido el tiempo de vuelo de los neutrinos y es consistente con la velocidad de la luz. En las nuevas mediciones, las partículas se comportan como era de esperar, no son superveloces.
Esto
desmiente lo anunciado en septiembre por el experimento Opera, que
sugería que los neutrinos lanzados por debajo de la tierra desde el CERN
hasta Gran Sasso (a 730 km de distancia) llegaban 60 nanosegundos antes
que la luz, algo que la Física consideraba imposible. El anuncio, como
es lógico, causó furor en el mundo científico, ya que ponía patas arriba la Teoría Especial de la Relatividad de Albert Einstein,
pero muchos físicos pusieron en duda que fuera posible. El CERN cree
ahora que se trató de un error, que atribuyen a un elemento defectuoso
del sistema de fibra óptica en el momento del experimento.
«No es tan emocinante»
«A
pesar de este resultado no es tan emocionante como algunos hubieran
querido -dice Bertolucci en un comunicado- es lo que todos esperábamos
en el fondo». La historia «capturó la imaginación del público, y dio a
la gente la oportunidad de ver el método científico en la acción; un
resultado inesperado fue puesto a examen, investigado a fondo y se
resolvió en parte gracias a la colaboración entre los experimentos que
normalmente compiten. Así es como la ciencia avanza».
De
hecho, tras conocerse los sorprendentes resultados en septiembre, los
físicos del CERN pidieron prudencia y nuevas mediciones. En marzo, el experimento Icarus del Gran Sasso refutaba a sus colegas. Poco después, Antonio Ereditato, el científico responsable de la investigación, dejaba su puesto en el Instituto Nacional de Física Nuclear italiano presionado por sus compañeros.
«La cuestión está zanjada», afirma a ABC.es el físico Juan José Gómez Cadenas,
quien dirige un experimento en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc
(LSC) destinado a estudiar los neutrinos y ha trabajado varios años en
el CERN. Escéptico desde el comienzo del debate, el científico cree que
«el revuelo ha sido, sobre todo, mediático. Los de Opera sabían que
podían haberse equivocado y se han realizado nuevos experimentos. Desde
el punto de vista del desarrollo de la ciencia, todos los mecanismos han
funcionado estupendamente».
No hay comentarios:
Publicar un comentario