La roca, que se acercó a nuestro planeta en junio, mide un kilómetro de diámetro, suficiente para provocar daños globales en caso de impacto
FTN
El asteroide 2012 LZ1
O. Arecifo
El pasado 10 de junio, astrónomos del Observatorio Siding Spring en Australia descubrieron en el cielo un asteroide al que denominaron 2012 LZ1. Fue clasificado por el Centro de Planetas Menores
 de la Unión Astronómica Internacional (IAU) como potencialmente 
peligroso para la Tierra. Se acercó a nosotros a 5 millones de 
kilómetros el día 14. Entonces, los astrónomos creyeron que la roca 
medía apenas 500 metros, pero nuevas observaciones han confirmado que es
 el doble de grande, lo suficiente como para provocar graves daños globales si impactara contra el planeta.
 A pesar de estas conclusiones amenazadoras, la roca nos da un respiro, 
ya que los astrónomos del Observatorio de Arecibo, al norte de Puerto 
Rico,, que han realizado las nuevas mediciones de su órbita, creen que no tiene ninguna posibilidad de golpear la Tierra durante al menos los próximos 750 años. 
Los
 científicos de Arecibo observaron el asteroide el 19 de junio  para 
medir su órbita con mayor precisión y determinar su tamaño, velocidad de
 rotación y forma. Resultó que es de forma esférica, tiene un periodo de
 rotación de entre 10 y 15 horas t aproximadamente 1 kilómetro de 
longitud. Además, debe de ser bastante oscuro, ya que refleja solo el 2 ó
 el 4% de la luz que le llega.
«La
 sensibilidad de nuestro radar nos ha permitido medir las propiedades de
 este asteroide y determinar que no va a impactar en la Tierra por lo 
menos en los próximos 750 años», afirma Mike Nolan, investigador del 
Observatorio de Arecibo. «Este objeto resultó ser un poco más grande de 
lo que esperábamos, lo que demuestra la importancia de las observaciones
 de radar, porque todavía estamos aprendiendo mucho sobre la población 
de asteroides», añade su colega Ellen Howell.
Como una pelota de baloncesto
El Observatorio de Arecibo consiguió tomar fotos del LZ1 cuando pasaba a 10 millones de kilómetros de la Tierra, con una resolución equivalente a ver una pelota de baloncesto en Nueva York desde Puerto Rico. 
La
 gran mayoría de los grandes asteroides, aquellos que tienen más de un 
kilómetro y pueden causar una catástrofe planetaria (casi un millar), ya
 están localizados por los científicos y ninguno de ellos tiene una 
órbita peligrosa, al menos por el momento. Eso sí, si uno llegara a dar 
en la diana, nos enfrentaríamos realmente a una situación muy 
angustiante. Las rocas más pequeñas de un kilómetro tampoco deben ser 
ignoradas. Solo hay que recordar que el cometa que arrasó por completo 
una inmensa área de 2.000 kilómetros cuadrados en la estepa de Tunguska 
en 1908 medía unos 80 metros. 
Informando:   http://elarcadelmisterio.blogspot.com/
Fuente:    ABC
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